Capítulo 1

3.2K 115 5
                                    

_____ andaba con paso rápido por las anchas calles de Barcelona. Una suave brisa acariciaba la piel del rostro de ____ mientras un tenue rayo de sol anunciaba la llegada de la primavera y el final del invierno. Pero ____ aun no quería que este acabara, ella y su mejor amiga Marta habían hecho una lista con un montón de cosas que querían hacer en invierno y debían de terminarla pronto. “¿Por que hemos hecho una estúpida lista con cosas que hacer en invierno?” esa pregunta seguía bagando por la cabeza de _____, mientras que por otro lado se la contestaba ella misma, esbozando así una amplia sonrisa.

____ y Marta estaban sentadas en un solitario banco de madera de una pequeña plaza.

-me aburro!

Le anunció Marta a ____ mientras seguía apoyando su barbilla en sus dos brazos cruzados.

-me lo has quitado de la boca.

-Respondió sin saber exactamente lo que estaba diciendo.

Marta giro su cabeza hacia su amiga como si no creyera lo que estaba diciendo y ____ se percato de ello.

-Digo...¿aburrimiento? ¡Que es eso por favor!? ¿Es un nuevo sabor de helado? Porque entonces me lo como.

Dijo ____reaccionando por la mirada de Marta y empezando a reír poco después. Marta también se unió a su risa.

-ya me extrañaba que tu ____ Lack dejaras que el aburrimiento invadiera nuestras almas...como tu sueles decir.

Se carcajeo ella.

-Oye, oye, amiga...tenemos 17 años, somos inmaduras e infantiles cosa que es igual a hacer cosas alocadas, raras e inventar vocabulario en nuestros ratos libres.

Explico ____ haciéndose la lista.

- Vale Einstein dime ya que se te a ocurrido.

Pidió Marta curioseada.

-una lista, una alocada lista de cosas divertidas que hacer en invierno y tendremos que acabarla antes de que llegue la primavera.

Aclaro ____ .

-mmmm...no esta mal la idea.

Reconoció Marta dejando de mirar a su amiga. Las dos sonrieron mientras posaban su mirada en el grisáceo cielo y empezaban a pensar que pondrían en esa lista.

Llevaba el papel doblado de la lista en su bolsillo. Impaciente por poderla acabar a tiempo, no podía dejar de darle vueltas con sus inquietos dedos. A _____ le gustaba haber tenido esa idea, era genial. Siempre lo acababan pasando muy bien, aunque aveces demasiado y eso implicaba algún castigo.

¿Nerviosa? Simplemente por lo que le tocaba hacer hoy de la lista. Levanto la vista que desde entonces había estado vagando por el suelo y la fijo hacia delante.

Entonces no pudo evitar encontrarse con otros ojos marrones que se clavaban en los suyos y lo hacían con intensidad. Sus miradas penetrantes que solo duraron unos miseros segundos les hizo parecer una eternidad. En esa eternidad pudieron darse cuenta que algo en ellos había cambiado, ¿pero que?

_____ no freno, igual que el castaño que hizo parar el tiempo con solo mirarla a los ojos. ¿que acababa de pasar? _____ alzo el brazo para colocarse un mechón de pelo detrás de la oreja mientras miraba de nuevo el suelo con una mirada de confusión. Cuando paso por el lado de ese chico y los dos tuvieron un choque de miradas fue como si estas se conectaran y mientras pudieran suceder maravillas, como hacer que sintieran que volaban.

-tonterías.

Se susurro _____ para si misma.

tonterías” pensó para sus adentros el joven George Shelley cuando hacia unos minutos se había topado con la mirada mas preciosa y desconcertadora de todas.

Habría jurado ver toda una preciosa historia de amor en la profundidad de esos ojos, una historia que le deparaba el futuro y entonces le entraron ganas de parar sus pies y dejar que su vista vagara por algún lugar mas que esas dos negras pupilas que tanto le hicieron sentir. Le hubiera gustado tener tiempo para fijarse en la persona de ojos marrones. Pero no lo hizo, no pudo parar a sus pies por el mismo hecho que ella tampoco lo hizo. Miedo, los dos lo tenían, temían al amor ¿por que si nunca sufrieron por este? Eso solo lo sabían ellos. Si les llegaba alguna mínima idea sobre creer en el amor, entonces la cogían y la enterraban en su subconsciente.

¿Amor? ¡No lo necesito!” se repetían una y otra vez para poder llegar a creerlo ellos mismos.

¡El destino lo quiso así! (George Shelley y tú) [TERMINADA]Where stories live. Discover now