― ¿Dónde está tu hermana? ― pregunté.

― Normalmente, no sale del colegio hasta las cinco, aunque hoy han ido a una excursión y no sale hasta las seis y media. ― asentí, y éste entró en su cuarto a por su skate.

Salimos a la calle y caminamos hasta llegar al bosque, el cual no estaba muy lejos del parque.

Chris montó sobre su skate y se adentró en el bosque, cosa que hizo que tuviera que ir más rápido en el mío para alcanzarle.

― Casi te pierdo, idiota. ― grité, tratando de no caerme.

― ¿Qué pasa, acaso tienes miedo? ― bromeó, con una sonrisa.

― Que te den, Parker. ― dije entre dientes.

― Igualmente, Smith. ― respondió, en tono divertido.

Me quité mi chaqueta y me la até a la cintura, ya que empezó a hacer calor, a lo que Chris se quitó la camiseta, pero ignoré por completo su existencia.

Porque, vamos, tampoco es como si pasara algo.

― ¿A dónde vamos? ― pregunté, después de cinco minutos.

― Ya lo verás. ¿Ya estás cansada? ― rodó los ojos y me pasó una botella de agua, la cual acepté sin pensármelo.

Seguimos el camino con el skate y, después de unas cuántas curvas, llegamos a un campo.

Nos sentamos en la cuesta que llevaba al río y dejamos nuestros skates sobre la hierba.

― Qué bien se está sin el director gritando sobre la más mínima tontería. ― suspiré, y reímos a la vez.

― Annie. ― levanté la cabeza al oír mi nombre y le miré a los ojos. ― ¿Te acuerdas de cuando dije que me tomaría mi tiempo para conocerte? ― asentí. ― Bien, pues, quiero conocerte. Háblame de ti.

Al ver la cara de horror que puse, echó a reír, haciendo que frunciera el ceño.

― Es broma. ― aclaró. ― Bueno... puedes empezar explicándome por qué eres tan fría con todos, ¿no crees?

Dudé un momento y volví mi mirada al río que teníamos en frente.

― Para protegerme. ― me encogí de hombros.

― ¿Para protegerte... de qué?

― Verás, Chris, yo no he sido siempre una persona fría y indiferente con todos. ― murmuré, y le miré. ― Todo ha cambiado desde que apareció él, y... ― hice una pausa y dirigí mi mirada al suelo.

Me interrumpió al notar que me sentía incómoda hablando de ese tema.

― Si no quieres contármelo, lo entiendo. Acabamos de empezar a ser amigos. ― sonrió dulcemente. Agradecía el hecho de que no me forzara a hablar de algo que no quería.

― Gracias, Parker. ― sonreí también, y volví a agachar la cabeza.

Estuvimos más de un minuto en silencio, el cual fue algo incómodo.

Observé el bosque. Detrás de nosotros, había árboles, por los cuales si pasabas entre ellos llegabas a la carretera por la que habíamos venido. En frente, un río de agua cristalina se extendía ante nosotros, y al otro lado del río había otra colina y más árboles.

― Entonces, podrías contarme por qué casi nunca te juntas con chicas, no haces fiestas de pijamas, ni manicuras, ni cosas típicas de chicas adolescentes. ― preguntó finalmente, y rió un poco.

― Bueno, la verdad es que siempre he sido menos femenina que el resto de mis pocas amigas, así que, desde pequeña, he preferido juntarme con otros chicos. ― admití. ― Además, al tener que convivir con mayoría masculina, acabé acostumbrándome a su extraña manera de vivir.

― ¿Y qué hay de Diana? ― volvió a preguntar, arqueando una ceja.

― Bueno, ella es un caso aparte, ya sabes. Ella no es lo que se dice normal, pero es mi mejor amiga, al fin y al cabo. ― reí y él hizo lo mismo.

― Creo que sería justo que me hicieras una pregunta, así que, adelante. ― anunció.

― No sé, ¿por qué saliste con Madison? Quiero decir, tiene una reputación, así que supongo que sabías cómo es con los chicos.

Annie, eres una idiota. Idiota, idiota, idiota. ¿Cómo puedes preguntarle eso? Ahora pensará que estás celosa o algo por el estilo. No tienes remedio.

Para mi sorpresa, Chris sí respondió.

― Al principio pensé que Madison era una persona diferente a lo que los demás decían, ¿sabes? Pensé que en el fondo tenía sus razones para ser así y que era una buena persona en el fondo, pensé que cambiaría, pero me equivoqué, y vaya si lo hice. ― suspiró, y le puse una mano sobre el hombro.

Tuve mucha suerte de que él es aún más idiota y no entendió la pregunta de la otra manera.

― No sé si tener una amiga tan rara como tú va a ser bueno o malo para mí. ― rió Chris.

― No te puedo decir si será malo o bueno, pero te aseguro que no querrás dejar de serlo. ― reímos a la vez y se levantó, tendiéndome la mano para ayudarme a mí a levantarme, y caminamos hacia el río.

No soy tu princesa.©حيث تعيش القصص. اكتشف الآن