Capítulo 5

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LO QUE HACEMOS POR AMOR.

Miré mi reflejo en el espejo. Frente a mi yacía la estampa de alguien que era capaz de hacer de todo por amor. Por mantener a salvo nuestros secretos.

Acomodé el rebelde mechón que se negaba a quedarse donde debía. Mi cabello estaba totalmente recogido y mi rostro pálido sin ningún rastro de maquillaje. Arreglé los puños de mi camisa y tomé la chaqueta que colgaba del espaldar de la silla. Me la puse rápidamente mientras caminaba hacia la ventana de la habitación. El sol aún no salía, sin embargo quería llegar antes que cualquiera al lugar donde le arrebataría la vida a la única persona que podía arrebatarnos nuestra libertad. Debía eliminar cualquier cabo suelto y Carter Cushing no sería la excepción.

El espectáculo de la noche anterior no dejaba de repetirse una y otra vez en mi cabeza. No podía negar que me había dado mucho gusto que Thomas le dijese ese montón de cosas espantosas a Edith. Aunque mi hermano se había mostrado muy desilusionado después de eso, yo me había encargado de consolarlo y confortarlo con mi amor incondicional.

Todo estaba fríamente calculado. Thomas enviaría una carta a Edith donde le contaría todo lo que su padre le había obligado a hacer, por supuesto, moldeando los acontecimientos a nuestra conveniencia. Yo por mi parte abandonaría el hotel llevándome mi equipaje y dejando claro que me marcharía de la ciudad sola, pero solo sería una tapadera para tener una coartada solida. Ese tren se iría con una maleta vacía en el último vagón, Thomas se encargaría de mandar mis cosas luego a Inglaterra, luego.

-¿Estas segura de esto? -la voz adormilada de Thomas me hizo girar.

-Completamente- di largos pasos hasta situarme frente a la cama. Me incliné y le di un beso en los labios.

-Te ves muy con ropa de caballero-bromeó él. Le di otro beso, el cual se prolongo un poco-. ¿Sabes dónde encontrarlo?

-Sí. Edith comentó que a su padre le gustaba llegar muy temprano al Club.

-Muy bien- él se incorporó y me dio un fuerte abrazo -Nos veremos en un par de semanas.

-Intenta ser cuidadoso- sujeté su rostro entre mis manos y me perdí en su mirada. Su bella mirada.

Él me regaló una sonrisa genuina...

...la ultima que me obsequiaría en su vida.

*****

Alguien abrió la puerta y pUde percibir algunos pasos de personas acercándose. Había llegado la hora de actuar.

-¿Cómo está el agua hoy, Benton?

La voz de Cushing se oyó en el lugar. Podía oír como corría el agua y también podía sentir el caluroso vapor colándose por debajo de la puerta del armario donde llevaba varias horas oculta. Había logrado colarme con éxito por una de las ventanas de la primera planta para luego escabullirme a los sanitarios de caballeros.

-Hirviendo, señor. Como a usted le gusta- oí la voz de un segundo hombre. Lo que me indicó que debía esperar un poco más.

-Muy bien, sea tan amable de pedirme jamón y huevos...

Una tonada agradable comenzó a sonar, impidiéndome escuchar lo que decían. Tuve que hacer un esfuerzo para agudizar mi oído.

En cuanto noté que las voces se habían callado, me asomé. Cushing se encontraba de pie, frente al lavabo, dispuesto a comenzar a rasurarse...

...En ese instante pasaron varias formas de matarlo por mi mente. Le rajaría el cuello y esperaría a que se desangrara lentamente. No. Sería muy obvio que alguien lo había asesinado. Tenía que parecer un accidente.

Salí del armario tratando de ser lo más sigilosa posible, sin embargo procurando ser rápido. El hombre que se acababa de ir regresaría en cuestión de minutos. La puerta del armario golpeó con fuerza al cerrarse...

Mierda, maldije mentalmente mientras aceleraba el paso para ocultarme al otro lado de los vestidores.

Carter había notado mi presencia. Pude oír sus pesados pasos moviéndose hacia el otro extremo de la habitación. Se alejaba...

Me asomé con cuidado y me percaté de que buscaba con su mirada con el objetivo de encontrar al intruso. El agua comenzó a desbordarse y él se giró de golpe. Por suerte logré ocultarme antes de que pudiera verme. Sus pasos delataron que se acercaba. Caminé rápidamente hacia el otro extremo, bordeé los vestidores y esperé entre las sombras...

Sonreí al contemplar la forma en que lo mataría. Era perfecta.

Carter Cushing se resbalaría con el agua que él mismo había dejado desbordar. Su cabeza impactaría fuertemente con el borde del lavabo, lo cual le produciría una horrible herida en el rostro... se desangraría hasta morir.

Me acerqué a él en cuanto se inclinó a recoger su navaja, la cual había caído en el suelo. Ajusté el guante de cuero en mi mano, dándole tiempo de que se volteara y viera el rostro de su verdugo, el último rostro que vería en su vida.

Lo sujeté fuertemente de su nuca, con ambas manos, sin darle tiempo de que opusiera resistencia. Uno y dos. Golpeé con fuerza su cabeza contra el lavabo, pero el viejo se tambaleó y cayó.

-Por favor- gimoteó Cushing.

Pedía clemencia.

Lo sujeté nuevamente, esa vez con más fuerza y volví a azotarlo contra la porcelana... una, dos, tres veces. Pude escuchar con claridad como cada uno de los huesos de su cráneo se fracturaban.

Dejé caer su inerte cuerpo sobre el suelo y me alejé de prisa de allí...

...mientras el pobre desgraciado se desangraba hasta morir.



® Vicios Oscuros (Completa) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora