Capítulo 9

39.2K 2.4K 61
                                    

Despierto en una habitación oscura. La cabeza me punza y todo me da vueltas. Intento voltear hacia los lados en busca de alguna ventana o puerta para escapar pero me encuentro con que mis manos y pies están atados con cadenas. Mi ropa ha sido sustituida por un pedazo de tela que siento, apenas cubre mi sexo. Estoy expuesta. Las lágrimas se acumulan en mis ojos. Todo esto es mi culpa, caí por sus encantos y ahora estoy aquí, amarrada y preparada para lo peor. Escucho pasos acercándose y mi corazón se acelera. Me remuevo lo más que puedo tratando de liberarme, pero sólo consigo lastimarme. De repente, la puerta se abre y alguien entra.
Por la oscuridad, no logro distinguir las facciones; pero si que puedo ver sus ojos. Me miran llenos de furia y de lujuria. Está analizándome.
-¿Qué vas a a hacer conmigo?
-De verdad no quería llegar a esto-me responde en voz baja-pero tú me obligaste-ahora suena molesto-te acostaste con alguien más. Tengo que reclamarte como mía, como alfa.
Lentamente, escucho cómo se empieza a despojar de su ropa. Cuando termina, todo se queda en silencio, pero inmediatamente después, se escucha un gruñido y el sonido de algo rasgándose. De nuevo el silencio.
Lentamente, se acercan unos paso. Pasos pesados y lentos. Trato desesperadamente por enfocar a la bestia que se encuentra frente a mí, pero es imposible.
Se coloca al frente de la cama y poco s poco se sube en ella. De pronto, encubierto sus ojos. Pero ya no son como antes. Están ahora teñidos de bestialidad. Se ciñe frente a mí y arranca mi ropa. Estoy ahora desnuda frente a él. Comienzo a respirar pesadamente soltando pequeños jadeos.
Con una velocidad impresionante, siento como toma mis caderas y las levanta con sus fuertes manos...peludas. Sin darme tiempo de cuestionarme aquél aspecto, siento una humedad en la entrada de mi sexo. Suelto un jadeo cuando su lengua áspera e increíblemente larga abre su paso entre mis piernas. Al principio lo hace lento, como probándome, pero pronto se convierte en un movimiento frenético que me embriaga de placer. Todo mi cuerpo responde ante él.
Recuerdo cuando lo hice con mi novio. También metió su lengua en mí, pero esto era diferente. Me sentía embriagada con un placer animal. Con su lengua aún entre mis piernas, dio un zarpazo a las cadenas en mis manos dejándome libre. Repitió el proceso con la de los pies, y sin darme tiempo de nada, me volteó. Sus manos, que se sentían ahora como garras sobre mi espalda, recorrieron todo mi cuerpo hasta llegar a mis nalgas, donde depositaron una fuerte nalgada. Con el impacto, solté un grito de sorpresa y placer al mismo tiempo. Lo necesitaba dentro de mí, ahora.
-Por favor-le supliqué.
-Eres mía-me decía en mi cabeza.
De pronto sentí sus dedos aprisionados entre mi sexo. Fue metiendo uno por uno y acelerando el ritmo hasta que yo sentía que llegaba al clímax. Con su otra mano, aprisionaba mi pezón y lo retorcía a su gusto. Jugueteó un poco con mi clítoris hasta que me llevó al borde. Pero justo cuando estaba por llegar el orgasmo sacó sus manos y dejó mis senos.
-Ohh.. vamos...por favor-gimoteé.
-Di que eres mía y de nadie más. Di que eres un zorra que necesita ser castigada.
-Soy tuya, sólo tuya. Tómame, tómame como castigo.
Y entonces lo siento, su miembro entró en mi con una brusquedad increíble. Comienza a moverse frenéticamente hacia adelante y hacia atrás con una fuerza sobrehumana. Después de unos segundos, ambos llegamos al orgasmo. El se corre dentro de mí con un gruñido profundo y alto mientras que yo lanzo un gemido de placer. Sale de mi y escucho un...aullido. ¿Pero qué demonios está pasando?
Agotada, me recuesto decidida a dormir. Estoy exhausta.Pero entes de lograrlo, siento sus manos ahora sin pelo mi garras que me levantan. Veo, su cuerpo desnudo y antes de que pueda decir algo, su boca está en mi cuello. Dando pequeños besos.
¿Acaso quiere más? Pero si ya no puedo más. Me dispongo a decirle esto cuando de imprevisto, siento que sus dientes se entierran en mi hombro.
Levanta la cabeza y veo unos enormes colmillos sobresaliendo de su boca y la comisura de sus labios con manchas de sangre. Mi sangre. La cabeza me da vueltas. Pero entonces su voz reconfortante y llena de satisfacción me dice:
-Shhh, duerme-
Y entonces eso hago, me embarco en un sueño profundo en sus brazos.

Tomada por la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora