Dicen que las mejores relaciones no siempre duran.
Dicen que a veces el para siempre sólo dura un segundo.
Pero lo de ellos nunca tuvo tiempo de crecer, nunca tuvo tiempo de ser algo más.
Y todo comenzó por una simple carta que ella le envió.
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8 de octubre de 1975
Querido Sirius:
Así que de todas formas tenía razón, de todas formas, me decepcionaste como todos han hecho. Como las personas lo hacen conmigo y como yo hago con ellos. Admito que fue un error mío crearme expectativas de alguien como tú. Porque tú nunca cambias Sirius, y no lo harás por nadie, eso ya lo tengo claro.
Yo sabía que el fuego me quemaría, pero no di un paso atrás hasta que me di cuenta que ya estaba completamente quemada. Solo que la oportunidad de tener a alguien como tú a mi lado, a Sirius Black conociéndome y entendiéndome era muy tentadora. Me culpo a mí, pero tampoco te quito la culpa del todo.
Severus y Skye no salieron en toda la tarde de la sala común, ella trataba de tranquilizarlo a él, quién estaba dispuesto a lanzarles todo hechizo que se le ocurriese. No sé qué hubiese pasado y tampoco lo quiero saber. Slughorn tuvo que pedir explicaciones que nadie quería dárselas, oí que McGonagall les restó cincuenta puntos.
En serio no entiendo la necesidad que tuviste de hacer aquello, de dibujarlos de aquella manera ni de contar la conversación que tuvieron cuando estuviste espiándome. Porque, Sirius, tonta no soy es lo único que te diré.
Cierto, ¿qué podía esperar de alguien que deja solo a su propio hermano en esto? Absolutamente nada, porque no me seguiré quemando por personas como tú. Nunca más, es lo que decidí.
Dicen que los de Slytherin somos unos cobardes que solo buscan salvar su pellejo. Yo diría que solo sabemos cuándo debemos actuar y que debemos hacer. Sé perfectamente que debo hacer desde ahora.
