Luego de una refrescante ducha el joven alquimista se encontraba recostado en su cama observando el techo perdido en sus pensamientos.
Ed: ¡Maldición! - En su cabeza rondaba cada palabra dicha por el mayor, cada gesto... ese beso.
Ed: No entiendo al Coronel, ¿Porqué el coronel me dijo todo eso? No tiene sentido. Todo esto es muy extraño, ¿habrá actuado o deverdad es lo que él siente?
El rubio analizaba cada situación posible, no sabía como actuar de ahora en adelante, no sabía por que realmente estaba molesto o si Roy fue sincero o solo una mentira, pero lo que más le sorprendía es que él haya recibido y continuado aquel beso, solo se dejo llevar y no entendía su propio actuar, comenzo a rascar su cabeza y cerrar los ojos con fuerza, el sonido de la puerta abriendose lo hizo salir de si para dirigir su mirada a aquel chico que entraba a la habitación con una toalla pequeña secando su cabello.
Al: ¿Cómo te sientes hermano?
Ed: Estoy bien Al, no te preocupes por nada.
Al: Pues no creo que lo estes, no del modo como gritaste en el cuartel.
Ed: Eso... pues, es que simplemente me parece una misión muy absurda, y simplemente no quiero participar en ese circo.
Al: ¿Es por el Coronel verdad?
Ed: Si él es una de las causas mayores, ese idiota me molesta demasiado, y los demás son unos ruidosos.
Al: Pero hermano, no puedes faltar a esa asignación, si te lo pidieron es porque deben necesitarte...
Ed: ¡Al ya no quiero hablar de eso!
Al: Lo siento hermano, solo quiero que no tomes malas decisiones y luego te puedas arrepentir.
Ed: ¿A qué decisiones te refieres? No se por que le tomas tanta importancia a esto.
Al se quedó observando en silencio a su hermano
Al: Ay hermano, te conozco, se que algo te sucede, así que seguiré insistiendo, talvez así pueda ayudarte a encontrar una respuesta a lo que sea que te este preocupando.
En ese momento Ed dudo por unos segundos, pero si en algo tenía razón su hermano, es que puede confiar en él, aunque sea extraña la situación, era el unico a quien podía acudir, le observo con nervios a flor de piel, su rostro comenzó a tornarse de color rojizo.
Ed: Al dime... ¿qué es lo que piensas del coronel?
Al: ¿Qué pregunta más extraña?
Ed: Podrías solo responderme.
Al: A ver... pues que pienso del coronel, hmn... es muy decidido y muy apasionado, astuto también es alguien en quien se puede confiar, también e escuchado que es muy popular con las mujeres, Pues... podría decir eso en general, por qué lo preguntas.
Ed: Dime Al ¿Podría confiarte algo?
Al: ¡Claro, confía en mí!
Ed: Pues... hoy ... el Coronel... pues...
Al: Por que tanto misterio hermano.
Ed: Es difícil decirlo, pero él dijo que yo... que yo le gustaba. Ni siquiera se que creer, si mentía o no. Pero hay algo extraño en mí desde hace un tiempo.
Esto me ocurre cuando estoy con él.
Ultimamente me e sentido muy preocupado por él, incluso me molesto aun más, cuando el se acerca mucho mi corazón late muy rápido, incluso ahora, nunca en mi vida me había sentido tan intranquilo - Cubrió su rostro con sus manos agachando su cabeza, todo le resultaba muy vergonzoso, mostrarse de esa manera tan peculiar, en cambio Al solo le observaba con una calida sonrisa, presentía que esa era la preocupación de su hermano. Al se acercó a su hermano, tomó sus manos y las apartó de aquel rostro lleno de preocupación para que pudiesen verse a los ojos, pues no era algo por lo que estar scergonzado.
