La mañana había comenzado ya y en Central se realizaría una reunión secreta en la oficina de Roy, dentro de ella se encontraban sus subordinados y el General de Brigada Hughes, que esperaban por el pequeño alquimista que se había retrasado un poco.
Todos en esa oficina hablaban entre ellos de alguna que otra broma o trivialidades de la vida todos a excepción de uno el Coronel Mustang quien se encontraba en su escritorio con las manos juntas que sostenían su menton y sus codos acomodados en su escritorio, se encontraba sumergido en sus pensamientos ignorando la platica sin sentido de sus compañeros.
El pequeño alquimista se encontraba en el tren junto con su hermano, tenía su rostro reposando en su mano viendo a la ventana en un punto cualquiera.
Ed: ¡Diablos el Coronel es muy injusto!
Al: Hermano, ya tranquilízate solo prométeme que no te discutiras con el Coronel esta vez.
Ed: ¿Discutir? no Al solo lo moleré a golpes, ¡no te preocupes por eso!
Al suspiro resignado al carácter de su hermano.
Al: ¿Hermano porqué siempre que ves al Coronel buscas una excusa para pelear con él?
Ed: ¡Yo no busco excusas! solo me disgusta todo lo que tenga que ver con él y ya...
Al: ¿No sera que... el Coronel te agrada?
La verguenza broto haciendo crecer un gran sonrojo en Edward y regreso de nuevo su vista a la ventana avergonzado por lo que Al había dicho.
Ed: ¡D-de que hablas! a veces no comprendo lo que dices Al!
Al tenía una gran sonrisa un poco pícara.
Al: ¡de acuerdo Hermano!
Ed cubría su rostro dirigiendo su vista en la ventana, al hacerlo se dio cuenta de que faltaba poco para llegar a Central, se puso de pie y salió de prisa de su asiento.
Ed: Vamos Al, ya pronto llegaremos a Central así que prepárate a bajar!
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Oficina de Mustang
Havoc y Breda susurraban entre ellos.
Havoc: ¿Tu sabes lo que le sucede al Coronel?
Breda: No lo sé, pero desde que entró noté algo raro, no miro a nadie y solo se sentó en su escritorio y desde entonces no ha dicho ni una sola palabra.
De repente su conversación se ve interrumpida por un golpe en la cerradura lo cual alerto a todos dentro de esa oficina, solo en ese momento Roy cambió su gesto porque sabía quién era el que iba a entrar por esa puerta, no se equivocó era él.
Ed: ¡Disculpen la tardanza! nada más tenía que venir desde la otra ciudad y ya saben es está un poco lejos.
Decía el rubio con algo de enfado y cansancio ya que desde que bajaron del tren se hecharon a correr, pero Roy solo lo veía con cierta indiferencia,Edward rápidamente notó esa mirada no se le hizó raro podría decirse que es una de sus miradas usuales.
Roy: De que te quejas Acero, Cuando los de arriba te dan una orden solo tienes que obedecer, ¿no es así?
Ed: ¡Como diablos quieres que llegue temprano si estaba en otra ciudad!
Roy no dijo nada más tan solo evitaba el contacto visual con el chico y así planeaba estar dando una distancia entre ambos, se puso de pie con una pose muy seria y con una mirada fría se dirigió a todos.
Roy: Muy bien! Dejemos el parloteo, ya todos estamos aquí, les explicaré lo que tenemos que hacer, pero desde ya les advierto que esta es una misión clasificada y que la información que se discuta en esta oficina no debe saberla nadie, ni colegas y mucho menos civiles, ¿Entendido?
