A penas siento como nos movemos, pero sé que este hombre conduce como un maniático. Gira su cabeza y me sorprende mirando.
-Parece que a alguien le gusta lo que ve. -Dice y yo me sonrojo un poco.
-Ni que fueras tan hermoso. -Respondo quitándole importancia mientras fijo mi mirada al frente. Imagino pateándome el culo mentalmente.
-Lo dudo. Como me gustaría callarte de un buen beso. Pero ahora estoy conduciendo y se me hace muy difícil concentrarme en la carretera teniéndote a mi lado. -Dice totalmente sincero, mirando fijamente el frente. Yo sonrío y miro por el lado de mi ventana. El auto comienza a parar de a poco y siento que él sale del auto. Segundos después la puerta se abre, salgo con elegancia y con ayuda de su mano.
El lugar esta totalmente oscuro y sólo nos queda la luz de la luna. Y por primer vez pienso. ¿Qué demonios se me pasó por la cabeza al aceptar una propuesta tan peligrosa?
