1.

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Sus narices se rozaban causando emociones indescriptibles para ambos, mirándose con deseo y relamiendo sus labios frenéticamente. Ruben trataba de mantener la calma, pero su cuerpo le pedía que juntara sus labios con los del pelinegro, en cambio Miguel estaba indeciso pensando si esta era un buen plan o estaban perdiendo el tiempo.

Y entonces pasó, un beso lleno de confusión y sentimientos realmente extraños pero al mismo tiempo agradables.

Y todo por la increíble idea que se le ocurrió a Ruben.

Darle lecciones de 'cómo besar' a su mejor amigo, Miguel.

—¡Joder, tío!—el castaño exclama luego de separarse con una mueca de asco—¿Así piensas besar a Alejandro?—y el rostro del ojinegro cae ante esas palabras, y gira su rostro conteniendo las lágrimas.

Alex, compañero de sitio en clases de Inglés y química de Miguel, lo había invitado a una cita en la feria de la plaza que está por el museo de artes, este aceptó sin negarse ya que se sentía sumamente atraído por su compañero y amigo por más de 2 años.

—M-Mangel, t-tío—remueve al nombrado, pero este sólo se queda quieto observando las luces de los edificios de lejos—Y-Yo no quería hacerte sentir mal, s-s-sólo que..besas mal—una sonrisa aparece en sus labios y gira a ver esos ojos verdes de su mejor amigo.

—Lo sé, de eso no hay duda—ambos ríen, y siente el aire frío golpear sus cabellos negros con fuerza—P-Pero, ¿crees que con esto llegue realmente a aprender a besar?—mira el cielo nublado, y siente la mirada del castaño.

—De eso no hay duda, pero sólo debes saber las técnicas necesarias y aprender de tus horribles errores al besar—pausa por un rato, y observa el cielo al igual que su amigo—Ya sabes, no debes estirar tu boca tanto ni intercambiar demasiado saliva, no entiendo..—suspira y Miguel lo observa.

—¿Qué no entiendes, tío? Si está claro que no sé besar...

—Eso es lo que no comprendo, haz tenía varias parejas más de las que puedo contar con mis propios dedos—murmura.

—Sí y todas querían experimentar con alguien de su mismo sexo—el pelinegro bufa, y se cruza de brazos—Es por eso que terminábamos después de dos o tres semanas, en realidad nunca los besé por el mismo hecho de que no sabía cómo cojones hacerlo—baja la mirada al césped, y mueve sus piernas golpeando con sus talones la piedra en la que están sentados.

—Oh entiendo, ¿p-pero Tayler, Tayler si es gay, verdad?—Ruben pregunta mordiendo su labio, tenía esa duda desde que lo vio salir con su mejor amigo hace un par de semanas.

—Yo también lo creía, pero sólo quería llamar la atención de los demás...—agrega después de un corto silencio, pero se para de la piedra—Ruben, tío sólo ayúdame con este jodido problema y haré lo que quieras, ordenaré tu cuarto y esas mierda ¿si?—su voz suena algo ronca, en realidad estaba al borde de las lágrimas ya que, se sentía muy avergonzado y asustado por la cita del próximo viernes con Alex.

—Vale, vale—se para de un salto, y coloca sus manos sobre los hombros contrarios—Hoy es lunes, y dentro de una semana tendrás tu dichosa salida con Alejandro, ¿verdad?—el ojinegro asiente, y murmura un 'sí'—Bien, mañana en mi casa a las cinco después de clases. Trae bálsamo labial y...las galletas de chocolate que tanto me gustan—Miguel rueda los ojos, y da un chasquido con su lengua.

—Está bi..¿Bálsamo labial?—pregunta confundido, y el castaño asiente.

—Sí, tienes los labios muy deshidratados y.. además me gusta besar a las chicas que tengan labios con sabor a fresa—comenta con una sonrisa burlona.

—Como sea, todo por aprender de una puñetera vez como besar—dice y ambos se observan por largos segundos.

Ruben se queda pensando, y pensando con una pregunta en su mente.

— ¿Por qué recurriste a mí, de todas formas?—Miguel suspira.

—No podría ir con Gretel, obviamente estaría ocupada con su novio. James sale todos los lunes en la tarde por su proyecto de ciencias sociales, Greg está molesto conmigo por copiarme de su tarea sin pedirle permiso, lo sé estúpido.. y Scarlet tiene taller de dibujo todas las tardes—agrega luego de avanzar unos pasos junto al castaño—Tú eras mi última esperanza—murmura con las mejillas sonrojadas por el bochorno.

—Y por lo que veo, tú último candidato. No puedo creer que pusieras a esos idiotas antes que a mí, se supone que somos mejores amigos—hace comillas en las últimas dos palabras—y deberías haberme puesto primero, pero veo que te importan más ellos que yo...—avanza rápido, esquivando los charcos de agua y tratando de no tropezarse con los troncos de madera tirados en el suelo.

—¡Rubius, tío!—exclama Miguel y trata de alcanzarlo.

—¡Olvídate de tus estúpidas lecciones, y será mejor que recurras a la almohada!

Y Ruben desaparece entrando a la cabaña en la que vivía, dejando a Miguel parado con la palabra en la boca.







Kissing Lessons|| RubelangelWhere stories live. Discover now