Estaba tan nervioso por el bendito anillo. Quería proponérselo esta noche sin tardar más. Después de la cena que pague porque no iba a permitir que mi suegro y mi padre y mucho menos las damas lo hicieran dejamos a papa en casa y Rebecca se fue con Aristóteles. Una vez que llegamos a la casa de Nea fuimos a la habitación. Ella se quitó los zapatos y la abrace a mi cuerpo
_ ¿te gustaría vivir aquí conmigo?_ pregunta dulcemente
_ quiero vivir aquí contigo, quiero casarme aquí contigo, quiero criar a nuestros hijos aquí contigo y dentro de muchos años cuando seamos mayores quiero ver a nuestros nietos correr por aquí mientras sigo de tu mano_ le confieso y sus ojos se llenan de lágrimas.
En la cama esa noche le hice el amor poniendo en mis caricias toda la pasión que podía demostrar con mis besos.
Unas semanas después la noticia de nuestro compromiso era viral. Alguien del restaurante había sacado fotografías desde el momento en que me había arrodillado delante de ella hasta que nos besamos después de ponerle el anillo. Todo el mundo comparaba a Toria y a Atenea y Toria perdía por lejos. Al parecer no pudo hacer caer a nadie en California para que se casara con ella y que tuviera suficiente dinero para levantar la quiebra de sus padres así que lo último que escuchamos de ellos era que se habían trasladado de nuevo a Londres.
Nea no quiso una gran boda, algo intimo para pocos invitados y en el jardín de la casa. Nos casaríamos en el invernadero por la tarde y luego en el parque haríamos la pequeña fiesta. Algunos amigos míos del trabajo, chicas de la oficina amigas de Nea y conocidos de nuestros padres. Incluso la hermana de Aristóteles venia de Grecia a conocer a su sobrina.
Mi padre, Aristóteles y yo fuimos a comprar nuestros trajes a Armani. Yo elegí uno azul noche con pañuelo en vez de corbata mi padre uno gris claro y el de Ari gris acero. Se veían muy guapos a su edad.
Nea no quiso mostrarme su vestido de novia. Lo había ido a elegir con Rebecca hacia unas semanas atrás y lo tenía en el más absoluto secreto. Sabía que con lo que fuera se vería hermosa.
Atenea
Rebecca me ayudo elegir el vestido. Vimos varios y me probé unos diez pero cuando la empleada me trajo este supe si probármela que era el elegido. Tenía un corsé de seda labrada en color crema claro con escote corazón y hermosos bordado y una falda amplia estilo princesa, era romántico atemporal y original. Cuando salí con el vestido puesto Rebecca se emocionó hasta las lágrimas y dijo que si con la cabeza porque no podía hablar. Cuando me mire en el espejo con las luces y la dependienta me recogió el cabello y me coloco el velo supe que ese era mi vestido. Ni si quiera había que hacerle modificaciones porque me quedaba como un guante. A partir del vestido diseño un juego de joyas sencillo pero precioso. Una gargantilla de platino con un colgante hecho de pequeños diamantes formando una rosa. La pulsera era el mismo diseño solo que rodeaba toda la muñeca y me hizo una tobillera con el mismo diseño dado que el vestido tenía un secreto. La falda larga se abría dejando ver una falda hasta la rodilla al cuerpo con diseño de rosas bordadas en blanco. Podía dejar la falda abierta o sacarla para bailar. Eso quería que la fiesta tuviera su momento romántico en la ceremonia pero después quería que nos divirtiéramos por eso había invitado a toda la gente de la empresa y a los amigos de Dante para que fuera una noche increíble.
