1

1.7K 129 15
                                    

Eran las tres de la madrugada. Jesús aun no me había llamado. Ni me había venido a buscar, como él me había dicho. Había pasado una semana y no se sabía nada de él. Estaba tan distante que me preocupaba. ¿Por qué había desaparecido así, tan de repente?

Di otra vuelta en la cama y volví a cerrar los ojos, intentando conciliar el sueño.

—Julia apaga la luz, mañana tienes clase —gritó mi padre desde su habitación a lo que yo suspiré. Alargué mi brazo hasta el interrumpor y apagué la luz. Miré hacia la ventana, había luna llena, me quedé mirándola durante unos minutos hasta que por fin conseguí dormirme.

6:00 a.m.

Eran las seis de la mañana cuando escuché como mi ventana se deslizaba y entró un aire fresco a la habitación. Fruncí mi ceño y apreté mis párpados.

Note como alguien se acercaba a mi, tapándome la escasa luz que entraba por la ventana. Se agachó a mi altura y accedí a abrir un poco los ojos.

—Te lo prometí —soltó nada más mirarme. Era él, allí estaba. Con una sudadera vieja y algunas manchas de tierra por la cara. Se le notaba cansado, tenía ojeras de no haber dormido desde hace días, pero mostraba una leve sonrisa hacia mi.

—Jesús —fue lo primero que solté yo. Me incorporé y le abracé, tan fuerte como pude, sintiendo que nunca más se iba a ir de mi lado. Lo siguió durante unos segundos en los que ninguno intercambiamos palabra.

—Tenemos que irnos... —suspiró cansado, cortando el abrazo y volviendo a mirarme.

—¿Que? ¿Adonde? —pregunté confundida, ¿acababa de llegar y ya quería irse? ¿Y conmigo?

—Lejos Julia, tengo que salir de aquí lo antes posible. Me quieren meter en la cárcel. —se levantó y miro por la ventana comprobando que ni había nadie en la calle.

Abrí mis ojos —¿Por qué? ¿Que has hecho? —me levanté apresuradamente acercándome a él.

—No quiero decírtelo... —suspiró —aún no... primero —Me miró —tenemos que ir a un lugar donde estemos a salvo.

—Oye... no sé que está pasando pero... no puedo irme, toda mi vida está aquí, y la tuya también. ¿Por qué ibas a querer irte?

—Porque me busca la policia Julia. Y necesito que vengas conmigo, no puedo hacerlo sin ti...

—Jesús... —volví a decir, pero sus ojitos cansados me rogaron silencio.

—Porfavor... —fue lo último que dijo.

•••

—¿Adonde vamos? -pregunté una vez mas, viendo como nos alejábamos del vecindario, pero a él empezaban a cansarle mis preguntas.

—Mujer me desesperas —dijo soltando un gran suspiro.—ya te he dicho que lejos. Muy lejos. Donde nadie nos encuentre. —me miró —donde estemos bien...

—Nada puede ser tan grave como para dejar todo a atrás e irnos al quinto infierno... —el solo se limitó a seguir caminando, sin decir ni una palabra.

Nos adentramos en el bosque, aquel bosque en el que solíamos jugar de pequeños. E amaneciendo, el cielo tenía un color anaranjado, digno de contemplar. Miré hacia atrás y allí vi mi casa, a lo lejos, estaba dejando a mis padres, a mis amigos, todo, por algo que ni siquiera sabía.

Suspiré —Oye... siento ser tan pesada, pero necesito que me lo cuentes... aunque sea una pequeñísima parte.

Fue entonces cuando, harto de que le preguntara siempre por lo mismo, cogió cada lado de mis mejillas con sus manos y juntó sus labios con los míos, a lo que correspondí rápidamente.

—Te quiero —dijo nada más separarse. —y no te voy a dejar sola nunca más.

Sonreí —Y yo.

----------------------

—En cambio, tu seguías sin saber adónde te llevaba. —dijo el policía sentándose por fin en la silla.

—Eso es —respondo yo suspirando y mirando mis manos apoyadas en la mesa.

—¿Lo supiste alguna vez?

—No vaya tan rápido...

-------------------------

Tras varios minutos caminando llegamos a una especie de descampado. Jesús empezó a mover algunas ramas que tapaban algo, pronto pude ver que se trataba de un coche. Entró en él y esperó a que yo hiciera lo mismo.

—Que haces? —le pregunté frunciendo el ceño algo confundida.

—Sube —dijo mientras hacía girar las llaves y encendiendo el coche.

No estaba muy segura de aquello, pero aún así le hice caso y subí a aquel coche viejo.

—¿Lista? —preguntó.

—Si te soy sincera... no lo sé... estás dejando atrás a tu hermano, y a Calum... nuestros padres...

—Julia, solo necesito que te tomes esto enserio —dice nervioso, acariciando el volante. —también es muy difícil para mi...

—Voy a hacer la locura mas grande de mi vida, por ti, si esto no es tomármelo enserio entonces no sé que quieres de mi.

—Todo va a salir bien... —yo no estaba muy segura de aquello.

Empezó a conducir, salió del descampado y se dirigió a la carretera general, donde dejamos Madrid atrás, donde dejamos todo atrás.

—Me lo vas a contar? —pregunté cuando ya no se veía el pueblo, cuando solo era carretera y árboles.

—Asesiné... Al jefe de tu padre. —soltó, sin más, en un rápido hilo de voz.

—¿Que? —pregunto atónita mirándole.

Suspiró —Quería despedir a tu padre...

—¡Bueno pero esa no era la solución al problema!

—Hay más Julia... —no dejaba de mirar a un punto fijo en la carretera.

—... ¿qué más? —le miré.

—Quería abusar de ti... —paró el coche a un lado de la carretera. —quería hacerte daño...

—... ¿De qué manera? —pregunté un poco confundida.

—Pues no de la buena. Era un ser repugnante Julia... no podía permitir que te hicier daño... —soltó un suspiro.

—¿Y cómo sabes tú eso...? —intenté sonar lo más tranquila posible.

—Cuándo fui a entregarle un paquete a tu padre al trabajo, lo oí teniendo una conversación con otro de sus trabajadores... En la cual, decía que despediría a tu padre porque no rendía bien últimamente, pero que primero, haría lo mismo contigo, con su preciosa hija... —podía notarse lo tenso que estaba. —Se me dio por buscarlo en la deep web... —entreabrí la boca para decir algo —No preguntes porque tengo acceso a la deep web. —prosiguió —Lo habían detenido más de tres veces por maltrato a menores, ¿pero sabes qué?, lo habían limpiado todo, solo porque era un empresario muy importante. No podía dejar que te hiciera eso. —suspiró — Le vi salir de la oficina... dirigiéndose a su coche... la verdad pude haber esperado a estar en un sitio sin cámaras y no en un aparcamiento público... pero es que necesitaba hacerlo, terminar con su vida antes de que él terminara con la tuya... cogí una roca del suelo y le golpeé con ella en la cabeza. Se cayó al instante...

Estaba en completo shock.

—Y ahora, estoy en busca y captura. Mi cara sale en todas las noticias, y todo por una puta cámara de mierda. —me miró —Julia, prometeme que estarás conmigo y qué no le dirás a nadie donde nos escondemos.

—Lo prometo.

Broken. [Jesús Oviedo][En proceso]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें