Capítulo 9 (parte 3)

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En sus ojos veo como se debate consigo mismo si hacerlo o no. Su polla suplica atención, una atención que su mano no puede cumplir, solo mi boca y mi saliva.

—Por favor. — susurra, dándose por vencido.

Mi mano sube hasta su entrepierna y toco su dura erección por encima de los pantalones con mi dedo índice, ese que hasta hace poco estaba perdido dentro de mi interior.

—Enséñamela.— exijo. Vamos a jugar a mi manera.

Sus manos obedecen a mi exigencia y se mueven desesperadas. Ante mis ojos aparece un gran falo erecto con una gota de líquido preseminal en la punta. Me paso la lengua por el labio inferior, tentándole. Acerco mi cara hasta su gran polla hasta que mi boca está a solo unos centímetros. Saco mi lengua y esta se encuentra con la carne dura de su polla. Paso la lengua desde la base lentamente, recorriendo con mi lengua la gran longitud hasta encontrarme con su glande.

De la boca de James salen silenciosos gemidos que no logra reprimir. Una de sus manos hace presión en mi cabeza hacia abajo y mi nariz choca contra su polla. Aparto su mano mirándole enfadada mientras niego con la cabeza. Quiero que sea a mi manera.

Reparto ligeros besos por su polla dejando un rastro de saliva a su paso. Escupo en su glande y lo introduzco en la boca con mimo sin apartar la mirada de sus ojos. Con la mano derecha empiezo a masturbarlo despacio al mismo tiempo que mi lengua juega con su glande. Empiezo a introducírmela poco a poco dentro mi boca sin importarme en absoluto las arcadas. Mi nariz toca su vientre y noto como su falo está en fondo de mi garganta. Sus dos manos inmovilizan mi cabeza y empieza a dar ligeras embestidas en mi garganta. Casi no puedo respirar y cuando pienso que me voy a desmayar suelta mi cabeza y de inmediato la quito de mi boca. Toso y trato de volver a respirar con normalidad. Mi garganta se siente vacía, necesitada de su polla en mi boca.

Cada centímetro de su miembro brilla a la luz de la luna recubierto por mi saliva. Le sonrío perversamente y me siento jodidamente sensual al ver como de cachondo le puedo llegar a poner. Me siento poderosa en estos momentos.

Me levanto ante su atenta mirada de confusión y camino a través del borde de la piscina mientras muevo mis caderas de manera exagerada, quiero provocarle. Quiero que estalle por mi. Quiero demostrarle que las chicas tímidas tenemos un lado oscuro perverso que muy pocos llegan a conocer. Y quiero que ellos conozcan a la zorra que llevo dentro de mi.

Llego a las escaleras de la piscina y las bajo con cuidado. Me voy adentrando hasta que el agua me cubre la cintura. Un delicioso calor empieza a invadir mi cuerpo y sin pensármelo dos veces me meto dentro del agua por completo. Estoy dentro unos segundos, el calor es demasiado agradable. Salgo de nuevo hacia la superficie y me hecho el pelo hacia atrás.

Miro a James y veo como no quita su vista de mi. Su mano derecha busca a tientas el paquete de tabaco y se coloca un pitillo entre los labios. Quita el mechero y enciende el cigarro. Suelta una larga bocanada de humo y yo reprimo un gemido. ¿Por qué todo lo que hace me resulta tan tremendamente sensual? Ninguno de los dos puede apartar la mirada del otro. Mi mirada es lasciva, y la suya provocadora. Su mirada me pone demasiado cachonda. Aparto la mirada de sus ojos y me tumbo boca arriba sobre el agua moviendo lo brazos y las piernas para mantenerme a flote. Mis ojos se encuentran con las estrellas. Cientos de estrellas titilean en el cielo parisino. La luna llena las acompaña iluminando todo en compañía de la Torre Eiffel.

Me siento observada. Giro la cabeza hacia el lado derecho y veo como James sigue fumando sin quitarme ojo de encima. Me pongo de pie en la piscina y cierro las manos en puños. Mi plan no ha surtido efecto, no se ha unido conmigo en la piscina. ¿Tal vez debería...? Me giro de espaldas y compruebo con mis propios ojos que nadie nos ve. Es imposible. Vale, tu puedes hacerlo Alba. No es tan difícil. Inspiro una fuerte bocanada de aire, expiro. Repito este proceso tres veces más, hasta que creo reunir el valor suficiente para llevar a cabo mi plan. Me giro y esta vez James mira atentamente la Torre Eiffel. Vale este es mi momento. Está distraído. Tiene que funcionar.

Rápidamente me bajo el tanga tratando de no hacer demasiado ruido en el agua. Cuando lo tengo entre mis manos, sonrío. Se siente raro estar en la piscina completamente desnuda, pero al mismo tiempo es una sensación muy agradable. Hago una bola el tanga y se lo tiro a James con tan buena puntería que impacta justo en su miembro. Veo como cambia su expresión y se mira la entrepierna. Coge entre las dos manos la tela y lo abre. Sus ojos se abren de par en par. Vale, no se esperaba esto. Me lanza una mirada ardiente y tira el tanga detrás de él. Suelta una última bocanada de humo, y apaga el cigarro en el cenicero.

Veo como se levanta y se despoja de los pantalones cortos. Por el rabillo del ojo observo como una gran erección se alza sobre su plano vientre. No podría apartar la mirada de ella aunque pudiera. La quiero en mi boca de nuevo, la echo de menos.

Se tira de cabeza en la piscina de una manera grácil y majestuosa. Se pierde sobre le agua hasta que su cabeza aparece a tan solo diez centímetros de mi. Se pone de pie y coloca ambas manos en la pared, a cada lado de mi cuerpo. Ya no hay escapatoria, otra vez. Mis mano están en mis partes, cubriéndolas. No estoy muy segura de esta idea. Solo quería que se bañara conmigo, nada más. Sus manos sujetan la mías y las aparta de mi regazo. Coloca sus manos en mi cintura y acerca su boca a la altura de la mía. En sus ojos aparece una mirada oscura, casi amenazante. Debería estar asustada, pero no lo estoy.

—"Take you like a drug.—Empieza a cantar sensualmente y mis oídos se embelesan por su espectacular voz.— I taste you in my tongue." —Muerde mi labio inferior despacio, esta vez sin provocar sangre. Me agarra por la cintura alzándome hasta en alto y yo enrosco mis piernas en su cintura, sujetando mis manos en su cuello. Por unos momentos me quedo maravillada por su espectacular sensualidad mojado.

Suelta mi labio lentamente y los dos gemimos en el momento que mi coño y su polla hacen contacto. Empuja su polla a lo largo de mi coño y yo oculto mi cara en su cuello reprimiendo un gemido. Agarra mi culo con fuerza y mis uñas se clavan en su espalda al notar el dolor proveniente de la nalga derecha. El dolor aún sigue ahí, y él lo acaba de reavivar. Restriega su polla una y otra vez contra mi clítoris y yo creo desfallecer una y otra vez. Mis pechos rebotan arriba y abajo contra su fuertes pectorales.

James muerde mi lóbulo derecho. Suspira entrecortadamente contra mi oído y mi vagina se empapa más. Necesito sentirle dentro de una puta vez. Agarro su polla para dirigirle a mi coño pero retira mi mano. Gimo frustrada.

—Cielo, pronto me follaré ese jugoso coño.— su aliento caliente impacta en mi oído y retuerzo los dedos de los pies.

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