Capítulo 18

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Cojo el décimo tercer saco de comida , Christina , Tris y yo caminamos de un camión a otro para dejar los sacos. Volvemos por el mismo camino arrastrando los pies.

-¿Pasamos la etapa y así nos lo pagan? Que glamour. - se queja Chris sarcástica.

-Podría ser peor, ordenar las armas o limpiar los dormitorios. - mi intento de ayuda solo le produce risa.

-Sí, o lavarle la ropa a los líderes.- bromea Tris.

-A Alex no le importaría lavar los calzoncillos de Eric, ya sabes a lo que me refiero.- Christina guiña el ojo con una sonrisa picara.

-¿Por qué siempre sales con lo mismo? ¡Dile algo a Tris!- cargo otro saco en el hombro.

-¿Y qué quieres que le diga?

-Qué Cuatro le come con la mirada, o qué Al le sonríe cómo un idiota.- espero algún comentario por parte de Tris, pero no lo escucho. La busco con la mirada y no la encuentro. - Por cierto, ¿donde se a metido?

-¡Tris! ¡Tris Prior!- grita , algunas personas se giran a mirarla cómo si estuviera loca.

-Cállate, se habrá encontrado con alguien. - me encojo de hombros.

-O quizás haya ido a ver a Cuatro.- bufo.

-No de nuevo, por favor. - seguimos descargando bolsas entre risas.

........

No aparto la mirada del espejo, buscando en mi estomago algún signo. No creo que haga falta mencionar que tipo de signo. Debería haber tenido más cuidado, más bien deberíamos.

-Joder. - bajo la camiseta rendida.

Los veinte minutos frente al espejo no han valido de nada. Si estoy embarazada aún no se nota, y si no lo estoy , pierdo el tiempo. Necesito algún método efectivo para saberlo, y urgentemente.

-Hey Alex, ¿vienes al pozo?- Christina asoma la cabeza por la puerta.

-Claro. - digo sin emoción.

Pasamos la tarde de tienda en tienda, aunque mi mente está en otro lugar. Tris , Chris y Al hablan sobre algo que no escucho. El único que se a dado cuenta de mi ausencia es Will.

-¿Estás bien?- se agacha para que sólo yo pueda oírle.

-Sí, bueno. - dejo la camisa en su sitio sin siquiera mirarla.- ¿Sabes si en Osadía tienen farmacias?

-¿Para qué quieres una farmacia?- interviene Christina.

-Me duele la cabeza. - digo la primera excusa que me viene a la mente.

-Ve a la enfermería y pide algo.- dice Al.

Miro a Will en busca de ayuda. Su expresión es de confusión pero me salva de todos modos. - Creo que hay una a pocas tiendas de aquí, unas cinco o algo así.

-Gracias, nos vemos luego. - salgo de la tienda si darles tiempos a decir algo más.

Cómo Will decía, la farmacia se encuentra a cinco tiendas. No hay mucha gente dentro, mejor para mí. Busco en los estantes , cojo tres pruebas de tres marcas diferentes y las dejo en el mostrador avergonzada.

-¿Eso es todo?- asiento y le doy la tarjeta de puntos. Guarda las pruebas en una bolsa y me la da.- Llévate unos condones de mi parte, que tengas suerte.

-Gracias.- susurro aún más avergonzada.

Voy directa al apartamento de Eric. Había pensado en ir a los dormitorios, pero necesito la mayor privacidad posible. Por suerte, Eric no está en el apartamento. Abro con la copia de la llave que me dio, voy a la cocina a por vaso de agua y espero a que haga efecto.

Dentro de un minuto y cincuenta segundos sabré si mi vida se va a la mierda, o se queda como está. Nada más pensar eso me entran más dudas. ¿De verdad se iría a la mierda? Una parte de mí asegura que sucedería. La otra...simplemente no hay otra.

-¿Alex? ¿Eres tú quien a entrado?- corro a poner el pestillo.

-¿Quién más sería?- intento bromear , pero mi voz tiembla demasiado.

-¿Todo bien?- mueve el pomo - ¿Por qué cierras?

-Por nada.- digo casi en un sollozo. Ni yo me creería.

-Déjame pasar, Alex. - empuja la puerta sin éxito. - No estoy de broma, abre ahora mismo.

El tiempo a terminado, y Eric sigue empujando la puerta. Me armo de valor y cojo los tests. Pero antes de que pueda ver los resultados la puerta se abre de par en par. Escondo las pruebas en el bolsillo trasero de los pantalones, y las tapo con la camisa.

-¿Qué pasa?- finjo tranquilidad.

-¡Eso mismo quiero saber yo! ¡¿Qué coño era tan importante como para no abrir la puerta o siquiera responder?!- me sobresalto por sus gritos. El párese entrar en razón y respira hondo. - Lo siento, no quería gritarte.

-Está bien.- me pongo de puntillas y le beso.

-De verdad que lo siento. Estoy muy estrenado con la caza de divergentes , no debería haberlo pagada contigo. - agacho la cabeza.

Ya me había olvidado de ese tema. Otra cosa de la que preocuparme, genial. Salgo del baño aún mirando el suelo y me siento en el sofá. Subo las piernas y escondo la cabeza entre ellas.

-Vamos , Alex.- dice Eric con voz dulce , sentándose a mi lado y acariciándome la espalda. - ¿Qué va mal?

-Todo.- respondo sin pensar.

-Quizás deberías ser un poco más concreta.- bromea y consigue sacarme una pequeña sonrisa.

-Nosotros.- detiene sus caricias.

Levanto la cabeza y lo miro a los ojos. Puede que sea la primera vez que estos muestren miedo, por que es lo que muestran ahora. Miedo y tristeza.

-¿Cómo?- su voz cambia de dulce a temblorosa - ¿Quieres decir que se a acabado?

-¡¿Qué?! ¡No!- se relaja notablemente. - Me refería a que jamás podremos tener una relación normal. Yo soy una iniciada, y tu un líder, tengo 16 años y tu 24..

-Esas mierdas no tienen ninguna importancia.- me interrumpe cabreado.

-Yo soy divergente, y tu matas divergentes.- añado.

-Jamás te mataría, es lo que temes.- susurra dolido, después de un rato en silencio.

-No he dicho que tú..

-Creo que deberías irte.- interrumpe otra vez.

-Eric, no..- se levanta y abre la puerta del apartamento.

-Por favor.- habla mirando al frente.

Me acerco a la salida. Intento besarlo pero corre la cara, el pecho se me encoge. Me gustaría quedarme y arreglar las cosas, pero algo me dice que no es lo mejor. Sobretodo cuando los ojos se me empiezan a humedecer y mi labio inferior empieza a temblar.

.

Camino a paso muy acelerado, apartando las lagrimas de mis mejillas a manotazos. Necesito desahogarme como sea , supongo que la pelea con Eric a sido el detonante de mi llanto. O a lo mejor a sido el conjunto de todos los problemas.

-¿Llorando otra vez, estirada? - lo que me faltaba.

-Métete en tus asuntos , gilipollas.- acabo en un sollozo.

-Vaya, menudo vocabulario. ¿Qué pensaría tu madre?- el llanto aumenta. ¿Como alguien puede ser tan cruel?

Acelero el paso, prácticamente corro con Peter pisándome los talones. Llega el momento en el que mis piernas no pueden más, y caigo al suelo. Para mis sorpresa, pocos minutos después, unos brazos me rodean.

-Tranquila.- dice Peter con tono serio. No esperaba un tono dulce o amable, aunque tampoco esperaba ese gesto por su parte.

Faction Before Blood (Eric/Divergente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora