Nada de Burrito Sabanero

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Estaban todos los niños jugando aquella media tarde del mes de agosto, a orillas del campamento. Había nevado un poco durante la mañana y las cabras estaban pastando cerca del campamento. Ángela se encontraba en la ruca que usaban de cocina pues estaba preparando unos quesos para uso familiar, mientras que todos los niños se entretenían por su cuenta.

Junto a las mellizas, también había tres niños que eran los hijos de las personas que acampaban por ahí cerca. Por lo general se reunían a jugar y a tomar mate, con churrascas (un pan artesanal hecho solo con harina, aceite, agua y sal), cuando el frío impedía salir de los campamentos.

En ese momento un burro viejo se acercó al lugar que Ángela logró ver desde la ruca en donde se hallaba pero no lo conoció, y tampoco lo debieron haber conocido los niños, ya que ellos solo tenían tres burros y no eran negros, eran de color gris. Tal vez los otros tres niños debieron creer algo similar en cuanto a la procedencia del animal. Lo cierto es que nadie preguntó nada.

Al cabo de unos minutos, uno de los niños montó animal, luego otro y otro...

En ese momento, Ángela, que se vio atareada con la elaboración de los quesos y al no escuchar ningún ruido, ni risas, ni gritos de los niños, ni siquiera el balar de las cabras, salió a buscarlos con una jarra con un poco de leche para darles. Pero creyó morir al ver la escena: un animal de horrible fauces, ojos rojos y cuernos enormes que tenía en su lomo a los ocho niños. Aterrada arrojó la jarra al piso gritando «¡Ave María Purísima!» con el propósito de tomar algún madero para golpear a la bestia y así poder liberar a los niños que estaban hipnotizados sobre la espalda de este, dispuestos inconscientemente a ser llevados por él, quien sabe a dónde...

Sin embargo, no hubo necesidad. Al solo pronunciar esas tres palabras, el animal se esfumó, cayendo todos los niños al piso, sacándolos del trance.

¿Qué fue aquello? ¿Qué sería este animal? ¿Por qué desapareció al escuchar las tres palabras que dijo Ángela?

No se duerman... dejen la luz encendida y por nada del mundo se levanten a las tres de la mañana...

 dejen la luz encendida y por nada del mundo se levanten a las tres de la mañana

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