luca

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從: when i disappear, it is clear i am up to no good.


¿Cuántos días habían pasado?

¿Uno, dos?

¿O simplemente habían pasado meses desde que no le había visto?

No lo sé.

Siempre me quedaba a las afueras de su apartamento. Esperando a que abriera la puerta, esperando a que volviera a mis brazos. O simplemente, esperando a que Jin me diera una paliza en ese mismo instante.

Pero nunca lo hizo.

Arrastraba mis pies de un lado a otro, esperando a que mirara tras su ventana. Esperando a que cerrara las cortinas o que hiciera algo para hacerme desaparecer. Jamás hacía nada. Siempre salía a horas tardías, y estaba seguro que simplemente salía de su sofocante apartamento para reunirse con Jimin y su novio.

Lo odiaba tanto.

No podía ni siquiera salir de ahí, el ni siquiera podía salir de mi mente ni un segundo. Pero estaba claro que yo ya había salido de su mente desde ese día.

No tenía idea si sentía mejor, o peor.

Lo único que sabía era que se iría a Daegu con Jin y los demás. Y yo estaría estancado en Seúl con Taehyung, mientras el se burlaba de mi ignorancia y sentimientos hacía el rubio. Me disgustaba tanto ver a Taehyung con esa sonrisa burlona cada vez que me encontraba con él. Pero solo lo usaba para deshacerme de mis pensamientos.

Y estaba seguro de que él también me usaba, más bien, lo hacía desde un principio.

El único recurso que me quedaba era hablarle a Jin, además de que era bastante arriesgado. Quizás iba a recibir una última paliza de él antes de que se fuera a Daegu con Yoongi, pero era necesario si quería verlo una vez más.

Era una mala idea, pero tenía que hacerlo.

Entrelacé mis dedos mientras miraba hacía la ventana de la cafetería.

Después de varios intentos y esfuerzos, por fin logré que Jin se reuniera conmigo. Movía mis pies debajo de la mesa, esperando a que el castaño llegara. La taza de café que se encontraba a un lado mío seguía intacta, y estaba seguro de que ahora su contenido estaba completamente frío.

La puerta de la cafetería se abrió y desvié mi mirada de la ventana para ver la figura de Jin. El castaño, con su mirada llena de confusión y angustia, se acercó hasta mi mesa a paso lento. Tomó asiento frente a mi y me miro con molestia.

―Yoongi no va a volver. ― finalmente habló, tomando el menú que una mesera le había dado hace unos segundos e ignorando mi rostro lleno de molestia. Con diversión alguna, tiro el menú frente a mí. Cruzándose de brazos y ladeando la cabeza.

―Me da igual, Seokjin. ― le dí un sorbo a mi taza de café, e ignore como el líquido ahora frío pasaba por mi garganta. Dejé la taza en su lugar y volví a entrelazar mis dedos, mirando al castaño con una ceja enarcada.

― ¿De que quieres hablar, entonces? ¿De Yoongi? ― río, pero instantáneamente desvió su mirada a la mesera que se encontraba a un lado de él, la mesera tomo su pedido y se fue a paso rápido. Jin volvió a mirarme y apoyo su mejilla en la palma de su mano, esperando a que hablara.

― ¿Tú de que crees, Seokjin? ― hablé finalmente, relajándome un poco en mi asiento. Iba a ser difícil sacarle información, después de todo, sabía que mi presencia le disgustaba debido a lo que había hecho.

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