Capítulo 6

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Aaron POV

Me desperté en mi habitación, envuelto en el cobertor y sintiéndome débil, pero no, no es a causa de mi reciente viaje al mundo de los muertos (debería de evitar estar constantemente al borde de la muerte o prácticamente muerto), mi debilidad se debe a que el idiota que me haya dejado sobre mi cama, olvidó bajar las persianas, por ende toda la luz del sol de la mañana había recorrido mi cuerpo.

Retiré el cobertor que cubría mi cuerpo, para descubrir asustado que tan sólo llevaba bóxer puesto. Recuerdo muy bien que tras desmayarme, aún estaba completamente vestido, ¡¿quién me desvistió?! Espero que haya sido Becca.

Me levanté de mi cama, me acerqué a la ventana, y sin tomarme un segundo para apreciar la vista, bajé la cortina con furia. La luz no podía estar más fuerte. Espera... ¿La luz? ¡¿Qué hora es?! Se supone que debería estar estudiando como un "humano común", junto a mis "normales hermanos".

Me dirigí corriendo hacia el closet, maldiciéndome internamente, ¡Los chicos son pésimos en el colegio, se supone que debo ayudarlos a eso!, antes de llegar al closet fui interrumpido.

-Ni se te ocurra moverte de nuevo.-Elliot habló en mi mente. Qué egoísta he sido, no había pensado en su bienestar, ya que fue él quien me otorgó casi toda su energía- Vuelve a tu cama y descansa. Y no te preocupes por las clases, los chicos ya se han ido para el instituto, ellos se encargarán de excusarnos por nuestra ausencia- ¿Todos están en clase? Eso quiere decir que Estamos Elliot y yo, Solos...

-no, pequeño, no estamos solo, ¿Qué más querría yo?, pero los chicos como siempre lo arruinan todo- el ángel se escuchaba graciosamente irritado- Nos dejaron como niñeros del anciano estúpido, padrastro de Luke, por el que casi mueres.- Iba a contestarle, pero la puerta de mi habitación se abrió de repente.

-Buenos días, gritón durmiente.- Elliot apareció tras la puerta, con una bandeja repleta de comida y una enorme sonrisa en su rostro; sus hermosos dientes blancas, relucían como una perla; y eran acompañados por esos sobrenaturalmente brillantes ojos amarillos. Era claro que no se había puesto los lentes de contacto para ocultar sus ojos.

-Buenos Dí...- Joder, estuve tan absorto detallando su sonrisa y ojos, que no me fijé que Elliot tan sólo llevaba un bóxer puesto. - ¡Por la luna!, Elliot, ponte algo de ropa. – grité, sintiendo como el calor ascendía por mi rostro. Decidí mirar a otro lugar, para evitar posar mi vista sobre su cuerpo.

-Oh, vamos...- Imitó la queja de un niño pequeño- Tú puedes estar frente a mí en bóxer, ¿pero yo no puedo?- Observé mi cuerpo semidesnudo, para luego mirar a Elliot, quien me detallaba como si mi cuerpo mereciese toda la atención.

-Deja de mirarme.- grité mientras me lanzaba de nuevo a la cama, para cubrirme hasta el cuello.

-Debí quedarme callado- susurró, pero aun así pude escucharlo.- en fin, te he traído el desayuno. Todo ha sido cocinado por estas hermosas manos- El ángel sonreía orgulloso, mientras posaba la bandeja sobre mis piernas y se sentaba junto a mí.

-Gracias, ¿pero podrías vestirte?- le pregunté mientras me llevaba un poco de Waffle hacia mi boca

-No...-susurró seductoramente, mientras se acercaba a mi oreja.- Además, sé que te gusta verme así.- Elliot mordió el lóbulo de mi oreja, haciéndome liberar un gemido silencioso.- Ves lo sabía...

-Cállate, idiota- Dije entre risas, ocultando mi nerviosismo y excitación. ¡Sí, EXCITACIÓN! ¡¿Algún problema?! Cualquiera estaría igual, si tuviera en frente a un Castaño con cuerpo de Dios griego; con enormes pectorales, abdomen fuertemente marcado y unos bíceps que te hacen derretir, para no decir que te hacen tener una erección. ¡Cálmate, Aaron, cálmate!-Me dije a mí mismo.

Saga Elementos y Sombras II :Tierra RenacienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora