Poema IX - A mi difunta amada

62 7 1
                                    

Asesina la inescrupula oscuridad

En la cual tu pecho yace,

Con un latir marchito,

Porque tu alma ah marchado...

¡maldita la noche que me arrebató cruelmente de tus brazos!

La que alguna vez  brindó refugio al nues5ro amor,

La que alguna vez nos resguardo en prados de amor...

Ahora mata de la forma más inhumana,

Separándonos del otro...

¿Puede haber algo peor?

Oh, mi amada...

Dejé de creer en el amor desde que te has ido,

Dejaste incompleto a mi corazón

Consumiste con el fuego de la impotencia mis entrañas,

Me atragante con las cenizas del dolor,

Abandonaste las heridas confundidas por la pérdida,

Agrietaste mi vida y ahora cae a pedazos,

Porque sin ti, no puedo seguir vivo.

Me encuentro a la deriva de las expectativas,

Cuando sabes que yo por ti todo lo habría dejado,

Me dejaste solo y vacío

En medio de un mar de maldad,

Sin ti, mi única armadura contra la sociedad.

Lloro agonía pura

Cada una de las gotas caídas,

Me recuerdan con intensa desdicha,

Ese maldito día,

Ese horrible delito donde por amar

Fuimos condenados por los demás,

Donde tú sufres y pereces,

Donde vi el último atisbo de vida en tus pupilas,

Y sentí un suspiro final,

Que la muerte anunció.

El telón se ha cerrado,

El teatro ha terminado,

Ya no debo fingir que estoy bien,

Todos saben que pronto nos veremos...

Para una calurosa despedida,

Antes que el mal reclame mi vida,

Y vuelvas al cielo ,

Ese que me hiciste vivir

Siempre a tu lado,

Tomados de la mano...

¡No soporto más!

No puedo esperar...

No quiero que sea tu cadáver frío

El que abrace en este momento,

Quiero volver al paraíso de ambos

Justo como aquel bello día,

Donde tu mirada encontró la mía.

Oh! Mi amada, mi ángel, mi guía,

Mi luz en la confusa penumbra...

Si sólo supieras

Que mi agonía está por terminar...

Fragmentos de un Alma ErranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora