Fragmento IV - Una falsa amistad

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Tus palabras mataron mis ilusiones natas,

creí en ti como en nadie más,

y poco a poco el tiempo soldó,

lo que creí, una bella amistad.


Mas con indiferencia un día dijiste,

aún siendo tus palabras bellas y delicadas

que el vínculo que creí alguna vez fuerte

un lazo de vida, de amistad

no era mas que una vana invención

de mi pobre imaginación;

yo ni era mas que las demás...


¿Qué pasó con mi sonrisa?

preguntan los demás todos los días

que ven yacer bajo la amara luz de la vida,

el rostro alguna vez radiante y risueño,

ahora sin máscara ni consuelo

donde claramente se podían notar

las marcas del rechazo,

la fealdad de la tristeza,

el veneno del rencor

y sobre todo,

la agonía que laceraba,

aquellos pozos que ya muertos estaban.


Oh! mi pobre corazón,

el pequeño órgano en mi interior

que ya cansado estaba de ser pisoteado

y reclamaba con pesar,

no volver a sentir más.


Nunca comprendí la verdad,

de lo que ese hecho...

esas pocas palabras...

asesinaron una gran pare de mi alma

y que en el frío de la soledad me abandonaron

dejándome a la deriva de la realidad,

donde era obvio saber

que a pesar de que de gente estaba rodeada,

nunca había estado más sola.


Fragmentos de un Alma ErranteWhere stories live. Discover now