25 de diciembre

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Terminé de alistar mi mochila donde llevaba mis cosas, me sentía verdaderamente feliz por esta decisión que tomé. Hoy es el gran día. Hoy le daré mi regalo de Navidad a Santana, a mi preciosa chica. Salí del campo militar para dirigirme al aeropuerto y tomar un avión para ir a California. Dios, quiero verla ya, poder besarla y abrazarla, tenerla en mis brazos. Poder dormir con ella de nuevo en el sentido más inocente de la palabra. Quiero observarla mientras tiene sus ojos cerrados y su respiración es pesada y su pecho sube y baja despacio. La amo, joder que la amo con toda mi alma.

El camino a California fue algo cansado pero sé que tendré mi recompensa cuando la vea. Por lo que Santana me dijo, ella estaba viviendo en uno de los dormitorios de la Universidad, creo que era el..¿cómo me dijo que se llamaba?..¡Ah, sí! Es el edificio Kennedy. Bien, vayamos a buscarla que las ansias me están por verla de nuevo me están comiendo.

Al llegar a la Univesidad, la cual es enorme, tardé aproximadamente media hora en encontrar el edificio. Y tardé una hora en encontrar su habitación. Levanté mi mano dispuesto a tocar, los nervios se hicieron presentes en mi sistema. ¿Qué nunca dejaré de estar nervioso al verla?.
Toqué tres veces seguidas hasta que abrieron la puerta. Me sorprendí al no ver a Santana, pero, ¿me habré equivocado de habitación? No, claro que no, la de Santana es esta, la 126.
- Hola, ¿puedo ayudarte?.- Me preguntó la chica a perlada que supongo es la compañera de mi chica.
- ¿Se encuentra Santana? Soy Finn, su novio.- Ella abrió los ojos como platos.
- ¿Eres Finn? Santana me ha hablado mucho de ti pero..¿no se supone qué hoy iban a pasar el fin de semana juntos?
- Sí, por eso vine. ¿Sabes dónde está?
- Finn, ella se fue a Georgia a buscarte al campo militar.- ¿Me estaba jodiendo? Santana no me lo dijo, carajo.
- ¿Estás segura de eso?.- Asintió varias veces.
- Sí, ella salió muy temprano hoy rumbo hacia Georgia. Dijo que lo más probable era que no podrías salir para estas fecha y decidió ir a buscarte.
- Está bien, gracias...
- Maura, soy Maura.- Asentí y me di vuelta para salir de ahí y regresar a Georgia. Saqué mi celular y marqué el número de Santana. Me respondió al tercer tono.
- ¡Finn! Hola amor.- Sonreí como estúpido enamorado, cuanto había extrañado su voz.
- Hola nena. ¿Dónde estás?
- Estoy en hum..en Georgia, vine a verte Finn. ¿Porqué la pregunta?.- Di un gran suspiro. Me gustaba mucho la idea de que Santana haya viajado sólo para verme.
- Porque yo viajé a California para verte. Acabo de salir de tu dormitorio, Maura me dijo que saliste hoy muy temprano al aeropuerto.
- Eso es muy lindo Finn, ¿qué hacemos ahora?.- Piensa Finn, piensa. ¡Eureka!
- Quédate en Georgia, ve al campo militar y di que vas a verme, que yo te dije que me esperaras ahí, ve a mi dormitorio, es el 345 del edificio B2, voy en camino para allá. ¿De acuerdo?
- De acuerdo, aquí espero amor.- Escucharla decirme así hacía que mi corazón se acelerara por completo. Sólo ella podía ponerme así, la amo tanto.

El reloj marca las 10:45 pm, este día fue algo cansado pero pronto tendré mi recompensa, lo sé perfectamente porque está esperándome en mi dormitorio. Llegué al campo militar y caminé directo a mi habitación. Entré y las luces estaban apagadas, la puerta del baño estaba semi abierta dejando que poca luz entrara al cuarto.
- ¿Santana?, ¿nena estás aquí?.- Dejé mis cosas en el suelo mientras caminaba para encontrar el apagador de la luz
- Feliz Navidad, amor.- La escuché decir detrás de mi al momento en que encendí la luz y la habitación se iluminó. Me di la vuelta para poder verla y me quedé con la boca abierta al mirarla con lo que traía puesto. ¡Traía un sensual traje de mamá Claus! ¿Hay algo más sexy que eso en estas fechas? Joder que no.
- Fe..feliz Navidad nena.- Debo de parecer un idiota hablando así. Ella se acercó a mi a paso lento y firme. Llevé mis manos a su cintura y la apegué a mi. Cuanto había extrañado su piel contra la mía.
- Te extrañé mucho, Finn.- Susurró sobre mis labios juntando nuestras frentes. No lo dudé ni un segundo y ataqué sus labios con necesidad, con amor y con deseo. Santana me respondió el beso de la misma manera. Sin duda esta era la mejor Navidad de toda mi vida.

Me after you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora