-¡escuchame bien, kenan Ruskov Romannov!-grite.-¡tu no desprotejeras a tu hermana!
Él apretó los puños.
-vasta, kyana.
-¡no lo harás!-grite.
-¡hare lo que se me de la gana!-grito.-yo mando aquí, kyana. Que no se te olvide.
Entecerre los ojos.
-conmigo no.
El me miro.
-tu no seras la excepción.
Baje la cabeza. haría todo por que no le pasara nada a elsy.
Me acerque a él y rodee mis brazos en él. Se tenso y no se movió.
-por favor.-Murmuré.-no dejes desprotegida a elsy.- lo mire pero él no a mi. Seguía mirando enfrente y serio.
-No.
Se separe bruscamente de el.
-¡nunca me escuchas!
-¡ella me hizo daño!-grito.-me hizo estar tanto tiempo culpándome de no que no la pude proteger.-se dejo caer en él sofá.-no pude hacer nada cuando ese hijo de puta la violó. Me sentí una mierda. tanto tiempo engañándonos. Fue la peor tortura de mi vida.
Me senté a su lado y lo abraze. Él lo necesitaba.
-ella se enamoró.-susurre.
Él negó y paso una mano por su cara, siempre hacia eso cuando estaba cansado.
-ella es una niña que quiere que la traten como una mujer. No sabe lo que quiere.
-yo tampoco se lo que quiero.-Murmuré.
Él me miro.
-tu me quieres a mi.
Baje la cabeza. Él me la alzo.
-¿que es lo que quieres, kyana?-susurro cerca de mis labios.
-esta conversación paso de elsy a mi.-bufé.
-contéstame.-ordeno.
-te quiero a ti.-dije. Él sonrió de lado.-pero aves es me haces no querer estar cerca de ti.
su sonrisa se borro por completo. Se levanto y subió las escaleras en silencio.
Suspire. La cague. Me deje caer en él sofá, me quede ahí un tiempo.
Me levante y Subí las escaleras. la puerta de la habitación abierta. No pude ver algo mas lindo en mi vida. Kenan acostado alado de los bebes, hablando con ellos.-ustedes serán los príncipes de esta casa.-susurro kenan a los bebes. Me recargue él él marco de la puerta. Sonreí.
-¿y yo que?-interrumpí.
Él me miro y después vivió su atención a los bebes.
-tu no sabes lo que quieres.
Enarque una ceja.
-claro que se.-me acerque y me senté en sus piernas.
-te quiero a ti.-susurré cerca de sus labios.
-¿pero?
Fruncí él ceño.
-no hay peros.-Sonreí y uní nuestros labios. Él me tomo de la cintura uniéndome mas a él.-cuidado con los bebes.-Murmuré entre besos. nos separamos.
-mañana podrás decorar la habitación que tu quieras.-toco mi mejilla.
-¿estarás aquí?
Negó.