Dalas, Miare y yo.

Miare.

Ella se sentó entre él y yo, justo en el  medio. Dándole un beso cariñoso en la mejilla.

Zorra.

-Bueno, creo que debería irme - Dije un tanto incómoda.

-No, no tranquila quédate - Dijo Miare.

Cuando más tiempo transcurría más incómoda era la situación, ninguno de los dos hablaba. Ella me miraba mientras me asesinaba con la mirada.

Dalas, que lo notó me miraba un tanto incómodo.

Por fin Miare se levanto y se fue al baño.

-Ahora vuelvo - dijo.

- Siento que Miare haya sido tan borde - intento explicarse él - Es un poco celosa, y al verte aquí los dos solos...

No le deje terminar la frase.

- Tranquilo, lo entiendo - le contesté.

Pasaron las horas y Miare se fue de fiesta a una discoteca con sus amigos, como a Dalas no le gustaban esa clase de fiestas nos quedamos solos.

-Ahora sí que tengo que ir a casa - le expliqué.

Me acompañó todo el camino hasta casa, cuando de pronto le pregunté...

-Estoy sola, ¿subes?

En seguida me arrepentí de lo que había dicho ¡él era un chico con novia!

- Sí - me contestó para mí sorpresa.

Vimos un par de películas y tal y cómo vino se fue.

Tengo que quitarme del medio a esa tal Miare. Como sea, Dalas será mío, pensé.