Capítulo 1

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El dolor le era insoportable, despertó en la mañana con el pijama pegado al cuerpo. Estas heridas tardarían mucho más que las anteriores en sanar. Intentó quitarse la playera lo más lento y suave posible, pero podía sentir todo un cosquilleo en la espalda con cada tirón para retirarla, decidió que tomar una ducha sería más rápido y menos doloroso para eliminar la sangre de las marcas que Viktor le propinó la noche anterior. Envolvió una toalla a la cintura y salió al pasillo nuevamente a su habitación, al llegar pateo una de las cajas vacías de la mudanza.

-El lugar es un maldito desorden. - Pensó en voz alta mientras tomaba ropa en la valija y se vestía unos jeans oscuros, una remera básica negra algo suelta y comenzaba a guardar toda la ropa en el armario que estaba enfrentado a la cama, para su suerte era muy espacioso y por eso le gustaba, al elegir habitación ya estaba allí cuando se mudaron ya hace unos días, luego de acomodar rápidamente su equipaje en este bajó las escaleras a la sala principal para dirigirse a la cocina donde Viktor le esperaba con el desayuno preparado.

-Buenos días. - Se anunció entrando, al parecer su padre se había despertado con todos los ánimos esta mañana ya que, estaba sonriente escuchando la radio. Se levantó de su silla, para tomar una taza de la lacena y servirle café en lo que se le acercaba conservando esa sonrisa en su cara.

-Buenos días. - volvió a sentarse para seguir la conversación mientras Luka tomaba sorbos cortos del café. - Cuando salgas del instituto quiero que pases por el gimnasio ese del que te hable ¿recuerdas? -Asintió con un movimiento de cabeza acompañado de un ajá. -Bueno ya he hablado con el dueño tu solo pásate para que te de los horarios y todo eso.

Volvió a asentir poniéndose de pie. Era momento de partir a su nuevo instituto y era verdad que no tenía ni la más mínima gana de salir de casa, y ya decir menos tener que pararse delante de la clase.

-Mejor empezar para terminar antes ¿no?

Tomó sus libros, las llaves de la casa y la cazadora que estaba en el espaldar de la silla, una vez listo miró a Viktor que aún no se levantaba de su lugar, este solo le sonrió y tiró un juego de llaves que Luka atrapó exitosamente en el aire.

- ¿y esto? - No pudo evitar preguntar esbozando una sonrisa.

-Pues... ya no necesitaré el auto. - Respondió con cierta seriedad en su rostro, le agradeció encantado pues Luka amaba el auto de su padre y estaba seguro que este lo sabía.

-Ya me voy llegaré tarde. - Salió caminando a lo que ahora sería su auto, pero al verlo aparcado en la entrada y encontrándose el garaje abierto tuvo que mirar dentro de este para calmar la curiosidad y confirmar la sospecha. Allí se encontraba un Bugatti veyron, ...ah... pensó ahora entiendo porque me estaba entregando su (mi) Mercedes Benz deportivo, pero claro, tiene esa joya y me da la lata a mí, bueno es una hermosa lata. Subió al auto y se encamino a lo que sería mi nueva tortura.

Al llegar, un edificio de unos tres pisos se levantaba en el centro del gran campo a pocos metros al este se podía ver otra estructura más pequeña. Diviso el aparcamiento para estudiantes y maestros, estacionó el auto y antes de bajar inhaló todo el aire que podía en sus pulmones. Bajaras como quien no quiere la cosa y evita contacto visual pensó por dentro. Un detalle a recalcar sobre Luka es que nunca había asistido a un colegio anteriormente, esta era la primera vez, y se encontraba inquieto por diversas cuestiones y la primera era tener que lidiar con algún adolescente hormonal en busca de pelea.

Bajó del auto y comenzó a caminar en dirección al instituto. Podía sentir algunas miradas de curiosidad, otras de indiferencia, pero no apartó la vista de la entrada. Caminaba por los pasillos hasta encontrar una puerta que anunciaba ser la secretaria. Una mujer pelirroja, tecleaba en la computadora, su cara de frustración indicaba que no era el mejor de sus días.

THE BRATVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora