Cap. 4: ¿Y tú quién eres?

6 5 0
                                    

Pablo P.O.V.

Había acordado con James que esa misma tarde iría a su casa para empezar a organizar nuestras clases.

Quedaban 5 minutos para que llegase la hora acordada y yo no encontraba mi zapato derecho. Lo había buscado por toda la habitación y nada. Decidí buscar a algunas de mis hermanas para preguntarles.

Iba por el pasillo cuando algo junto a puerta del baño llamó ni atención. Me acerqué y vi que era mi zapato, pero estaba cambiado. Los cordones, que antes eran negros, ahora eran rosa bebé con purpurina. Esto tenía las fimas de Sarah y Bianca Diaz. Iría a quejarme a Alexa o a devolvérsela, pero no tenía tiempo ni para cambiar el cordón de nuevo. Así que me fui apresuradamente a casa de James, dos pisos más abajo. Total, no iba a salir del edificio y ya le explicaría a James el nuevo diseño.

Llamé a su puerta 10 minutos después de lo acordado, pero él la abrió sonriente y me dejó entrar. Me llevó hasta el salón y él fue a servir unos refrescos. Estábamos los dos solos en su casa.

Acordamos que iría a su casa o él a la mía 3 veces a la semana. Pero no empezaríamos hoy, lo mejor era que nos conociéramos antes. Hablamos sobre música, descubriendo que tenemos gustos parecidos, videojuegos, libros e incluso política. Estábamos hablando sobre cuál era la mejor saga de libros cuando él se disculpó para ir al baño. En cuanto cerró la puerta del baño, llamaron a la puerta. Me pidió que abriese por él.

Me levanté del sillón y fui a la puerta. Cuando abrí me encontré con la versión adulta de James: pelo castaño rizado, ojos verdes y brillantes que me hipnotizaron, unos centímetros más alto que yo y bastante atractivo. ¡¿Atractivo?!. ¡No, no! Era guapo como cualquier otro hombre. No me di cuenta que estaba embobado fijándome en su parecido con James, hasta que él habló.

-¿Y tú quién eres?- Me preguntó con la voz ronca y un marcado acento inglés. Salí de mi ensimismamiento y sacudí la cabeza. Iba a contestar cuando llegó James a mi rescate.

-Oh, ya veo que ya os habéis conocido. Pablo, éste es mi hermano mayor Charlie. Charlie, éste es mi amigo y compañero de clase Pablo. Voy a ser su tutor de historia un mes. -nos presentó mi nuevo amigo, con una gran sonrisa, después de abrazar a su hermano.

-¿Y por qué me mira así? -le preguntó a su hermano cauteloso.

-No lo se... -dijo James para después darme un golpe en el brazo. Volví a sacudir mi cabeza y miré a ambos. -¿Te encuentras bien?

-¿Yo? Sí, ¿Por qué lo dices? -le pregunté yo intentando sacar todos los pensamientos recientes de mi cabeza.

-Te has quedado como una estatua metido en tus propios pensamientos. -me explicó James. Charlie nos miraba a ambos con diversión en su mirada.

-Nada, solo que os parecéis mucho. Solo eso. -les puse de excusa. La verdad es que me quedé pensando en los buenos genes de ambos hermanos.

-Si tú lo dices. -intervino el mayor encogiéndose de hombros. - Encantado, chico empanado. -dijo tendiéndome la mano. Yo la acepté fulminándolo con la mirada por cómo me había llamado. Después pasó entre nosotros y fue al salón, dejando allí la mochila que traía. -Voy a hacer la cena. ¿Te quedarás a cenar, Pablo? -preguntó camino de la cocina, mirándonos sobre su hombro. James y yo fuimos tras él.

-¿Qué hora es?-pregunté extrañado. James miró la hora en su móvil y abrió mucho sus ojos.

-Las nueve y media. ¡Qué rápido se ha pasado la tarde!-exclamó el joven inglés. - Estábamos pasándolo muy bien. ¿Te quedarás a cenar?- me pidió haciendo un adorable puchero.

Aprendiendo a VolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora