25

333 13 1
                                    

Narra Lissy.


Ya pasaron tres semanas desde que estoy acá, o eso creo. Mi boca ya no está tapada pero la soga sigue en torno a mis muñecas y tobillos. Benjamín aparece cada día. Borracho, me golpea por las cosas que pasaron, las que no pasaron, las que él cree que deberían haber pasado, las que nunca van a pasar. Todo se vuelve frío y monótono, conozco cada pequeña mancha de las paredes de esta habitación y solo quiero volver a casa.

La puerta se abre a mi espalda y se lo que viene, aunque desearía que ya no fuera así.

Cuando el cuerpo de Benjamín se desplomó junto al mío, supe que era ahora o nunca. Sacando mis manos de las ataduras, ya flojas de tanta pelea, me deslicé sin tocarlo fuera del lugar. El aliento a alcohol me mareó pero no dejé que eso me detuviera, no sabía cuando volvería a contar con la posibilidad de un escape.

Salí de la casa en el más absoluto de los silencios. Me aterraba despertarlo, tenerlo nuevamente sobre mi, dando por perdida toda posibilidad de escape. Comencé a correr, cegada por la luz del sol de la tarde, ignorando el terrible dolor de mi hombro. Corrí porque él podía estar detrás de mi, porque él podía despertar, porque hasta estar en casa no estaría a salvo.

El sol empezó a ponerse y mis piernas ya estaban demasiado cansadas, me dolía todo el cuerpo y sentía que caería en cualquier segundo. Me vi obligada a detenerme, pero pronto reconocí el lugar en el que me encontraba y, la simple cercanía a mi hermano y a mis amigos, me hizo moverme tan rápido que yo misma me sorprendí. Dos cuadras, dos cuadras y estaría en casa.

La noche se cernía sobre mi pero todo se veía claro ahora, conocía cada piedra, cada árbol, cada juguete olvidado por los vecinos. Claro que si. Había vuelto a casa. Me aproximé a la puerta y llamé una y otra vez para luego golpear con fuerza y tocar el timbre repetidas veces.

-Son las tres de la mañana.-escuché como se quejaba Louis al otro lado de la puerta.- ¿Se puede saber por qué....?

Se quedó paralizado ante mi con la puerta a medio abrir. No sé como lucía aunque no debía ser muy bien por la cara de espanto que se formó antes de la sorpresa, la emoción y la alegría.

-Hola.-dije abrazándolo con fuerza. Él retrocedió, conmigo entre sus brazos y cerró la puerta.

-Lissy.-susurró.-Estás acá... estás... Dios. Lissy, estás en casa.

-Estoy en casa.-concordé y lo abracé con más fuerza, temiendo que solo fuera un sueño que podría terminar en cualquier momento.

-Zayn...

-Tengo que ir con Zayn.-me apresuré a decir pero él me retuvo.

-No sé si sea lo mejor.

No dejé lugar a más palabras, me escurrí entre sus brazos y corrí escaleras arriba, pero mis piernas estaban demasiado cansadas y yo demasiado débil. Entonces caí y me golpeé contra la misma mesa que me atormentaba desde que soy pequeña. Las lágrimas escaparon de mis ojos y los sollozos de mis labios.

Louis comenzó a subir los escalones pero pronto se detuvo, miré en la misma dirección que él. La puerta al final del pasillo estaba abierto y mi hermano, con la barba bastante crecida, el cabello alborotado, los ojos hinchados, la ropa sucia y unas marcadas ojeras. Pude ver una botella en su habitación y me embriagó la desesperación de lo que le había ocurrido.

-Lissy, ya te dije miles de veces que no corras en las escaleras.-dijo y se acuclilló a mi lado. Apartó un mechón de pelo de mi cara y me quedé paralizada. ¿Soñaba?¿No había escapado?¿O era él quien creía soñar?-Te podes lastimar, mi vida. Vení, yo voy a cuidarte para que no te golpees. Voy a cuidarte para que vuelvas a casa.-sus ojos se llenaron de lágrimas y me tomó en brazos, comenzando a mecerme en ellos como si fuera una beba.- Solo quiero que vuelvas a casa.

-Estoy en casa.-susurré, pero él negó.- Llegué a casa otra vez.-lloriqueé porque él no quería creerme.- Estoy en casa, Zayn volví. 

-No llores.-suplicó.

-¿Por qué haces como que no me ves de verdad?-me acurruqué contra su pecho y sus brazos se tensaron.- Volví a casa. Me escapé y ahora estoy con vos y no queres verme y... y...- mis palabras se atoraban a causa del llanto y no me creía capaz de seguir.

-Volvió a casa.-dijo Louis.





No confío en él.Where stories live. Discover now