21

404 16 0
                                    

Narra Lissy.

Desperté con unos brazos rodeándome. Observé los tatuajes y comencé a repasarlos con mis dedos. Sonreí, me encantaban los tatuajes de Harry.

-Podría quedarme así toda la mañana.-dijo con voz ronca detrás de mi y me pegó más a su cuerpo.-Si. Podría quedarme así toda la mañana, toda la tarde, toda la vida.

Volteé con cuidado y reí en su pecho para luego notar que no llevaba camiseta.

-Así también.-dijo él.- O así.-con un suave movimiento, se posicionó sobre mi, sosteniéndose con sus antebrazos y su cabello me hizo cosquillas en las mejillas.-Si, definitivamente sos una muy buena compañía con la que pasaría los días enteros.

Se acercó un poco más a mi y me prendí de sus ojos color esmeralda por lo que pareció ser una eternidad. Iba a besarme, y yo iba a dejarlo. Claro que lo dejaría. Miró mis labios y volvió a mis ojos. 

-Harry...-susurré y no sé muy bien por qué lo hice. Creo que solo necesitaba decir su nombre para saber que era real.

-No digas nada.-pidió. Se acercó un poco más y cerré mis ojos. Justo cuando creí que iba a besarme, el despertador empezó a sonar y él se dejó caer sobre mi, enterrando el rostro en mi cuello y suspirando frustrado.-Creo que tenemos que ir al colegio.

Quería decirle que no, que nos quedáramos, que permaneciéramos ahí durante todo el tiempo que él quisiera. Quería que me besara. Pero eso no fue lo que salió de mis labios.

-Si, creo que si.

Al llegar a la escuela, ninguno de los dos hablaba. Él me miró y luego abrió la puerta, para que yo bajara. 

-¿Estás bien?-preguntó acunando mi mejilla con una de sus manos.

-Si.-suspiré pero él no me creyó en absoluto.-Te quiero, Harry.

-Yo te quiero todavía más.-dijo presionando sus labios contra mi frente.- Tenemos que entrar, lo sabes.-asentí y él entrelazó sus dedos a los míos, disparando en mi interior un millón de sensaciones desconocidas pero sumamente agradables.

-¿Lissy?-llamaron a mi espalda. Era una voz masculina, rota, en un susurro y no fui capaz de reconocerla hasta de que me volteé, topándome con los ojos de mi hermano.

-Zayn.-dije y presioné la mano de Harry sin ser consciente de ello.

-Princesa, yo...-negué, no quería escucharlo. Harry pasó su brazo por mi cintura y se puso suavemente delante de mi.- Soltala.-advirtió mi hermano y yo me pegué más a Harry.

-No.-susurré.-¿Por qué iba a hacerlo? Harry es mi mejor amigo. Él es el que siempre está conmigo y no me deja sola. Nunca me dejó. Cambió, Zayn. Él cambió y es una persona increíble. No va a soltarme, no quiero que lo haga.

Hundí mi rostro en su pecho, ocultando las lágrimas y él me presionó contra su pecho. La campana sonó  y me aparté con suavidad. La mano de Harry recorrió mi mejilla y yo le pedí, tras una mirada, que fuéramos a clase.

Zayn se quedó ahí, parado sin decir nada. Parecía muy afectado y me sentía mal por todo eso pero ni siquiera sabía si quería volver a casa.

-Nos vemos en la próxima hora.-le dije a Harry, dispuesta a irme pero él me tomó del brazo, pegándome a su pecho nuevamente.

-Todo va a solucionarse, te lo prometo.-besó la comisura de mi labio y me dejó ir.

Quería más. Quería besarlo como Dios manda pero no podía hacerlo, no al borde del llanto como me encontraba. Me metí en el baño y lloré, lloré hasta que mis ojos dolieron y sentí que no quedaban más fuerzas en mi para seguir haciéndolo. Quería morir de llanto, de dolor, pero al parecer este nunca es suficiente como para matarme.

Salí y me encontré con que ya eran las 5:20 de la tarde. Caminé con paso lento pero no quería llegar a casa. Me detuve en el parque y me senté en un  banco, perdida en la inmensidad de mi mente masoquista que no dejaba de repetirme cuan sola me había dejado mi hermano en los últimos meses, cuan invisible me había vuelto para los chicos y cuanto se enfadaría conmigo al enterarse que realmente quería a Harry Styles.

A las diez de la noche, mis ojos comenzaron a pesar como jamás antes lo habían hecho. Sin ser consciente de ello, me recosté en el asiento y, en poco tiempo, me quedé dormida.

Desperté en el asiento trasero de un auto, con una chaqueta cubriéndome.

-Si.-dijo mi hermano con voz queda, apagada.- En la plaza.

Me había buscado. Él me había ido a buscar y no estaba enojado conmigo, estaba triste y era mi culpa. Al llegar a la casa, él me tomó en brazos y yo me acurruqué contra su pecho. Me miró pero no dijo absolutamente nada. Se veía demasiado triste y eso logró que me estremeciera. Creo que él interpretó mi reacción como que tenía frío porque me cubrió mejor con la chaqueta.

-Lissy.-dijeron todos con un suspiro de alivio cuando mi hermano entró conmigo en brazos. No quería que me bajara y él tampoco quería hacerlo. Mis ojos se cristalizaron, yo había provocado que él estuviera así.

-Voy a llevarla a su cuarto.-dijo mi hermano y todos lo miraron con compasión.- Mañana hablan. Ella... Lissy tiene fiebre.

Subió las escaleras con lentitud, como si al llegar a mi cuarto fuera a perderme. Me metió en la cama y besó mi frente. Cuando vi que se marchaba, el pánico se apoderó de mi y comencé a llorar.

-Zayn, te amo.-él me miró y se acercó a mi lado, secando mis lágrimas y besando mi frente. Había preocupación en sus ojos pero, una vez más, no podía evitarlo.

-Yo te amo muchísimo más, princesa y me duele mucho lo que pasó. No volviste a casa. Cuando te encontré, temblabas pero preferiste eso antes que volver a casa.

-Tenía miedo.-admití y más lágrimas escaparon de mis ojos.

-¿De qué?-preguntó con un hilo de voz y me sentí todavía peor.

-De volver.

-Nunca tengas miedo de volver.-dijo pegándome a su pecho y besando mi cabeza.- Me preocupé mucho por vos, princesa. Sigo preocupado por vos.

-Quedate conmigo.-supliqué en un susurro sin estar segura de si merecía que él se quedara.

-Está bien, princesa. Voy a quedarme. Pero necesito que llames a Harry, está bastante asustado con todo esto.

Asentí y él buscó su teléfono para dármelo.

-¿Harry?-dije cuando él atendió.

-¡Lissy! Por el amor de Dios, ¿Dónde te habías metido?

-Me quedé dormida en una plaza.-confesé y Zayn ajustó sus brazoa a mi alrededor.

-¿Y si pasaba algo?-se oía molesto.

-No pasó. Zayn me encontró.

-No vuelvas a hacer eso nunca más en tu vida.-me regañó.

-No voy a hacerlo.

-Juralo.

-Lo juro.

-Te odio.-dijo entonces.- Te busqué por todos lados y no podía encontrarte. Pensé que te había pasado algo y... y...

-Te quiero.-susurré y él bajó su voz.

-Yo te quiero muchísimo más preciosa.-suspiró.- Sonás muy cansada. Andá a dormir, ¿Si? Nos vemos mañana.

-Está bien. Buenas noches, Harry.

-Adiós.-murmuró.

Zayn tomó el teléfono y lo dejó en la mesa de luz para luego dejar que mi cabeza se recostara en su pecho. Besó mi cabeza y me acurruqué más contra él.

-Nunca voy a volver a hacerte eso.-fue lo último que oí antes de quedarme profundamente dormida.


No confío en él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora