¿Me das una galleta?

Dieciocho

Lilith
Esa tarde Adam iba a recogerme a mi casa. Estaba extremadamente nerviosa. No sabia que ponerle. No sabia que hacer o que decirle cuando llegara. Me la pase casi una hora en la ducha, la mayoría del tiempo pensando. Al salir, vi que Adam pasaría por mi en menos de una hora. Eso era poco tiempo.
Me puse un suéter rojo, un pantalón negro y unas botas y me salí a esperar a Adam. El llego diez minutos después.
Cuando llegó, pude ver que una sonrisa se dibujaba en su rostro.
-Vámonos- fue lo único que pude decir.

En el cine al principio había sido algo incómodo. Había sido un error haber elegido una película de terror. Me la pasaba con los ojos tapados todo el tiempo y algunas veces Adam me rodeaba con su brazo. Me encanta que hiciera eso, no quería separarme de el.
Adam me acompañó de regreso a casa. Íbamos caminando en silencio. Hasta que yo me atreví a preguntarle a Adam algo que no comprendía.
-¿Por qué a mi?
Adam pareció confundido.
-¿Que?
-¿Por qué a mi? De todas las chicas que están detrás de ti, ¿Por qué me elegiste a mi? Yo no soy nada al lado de ellas.
¿Por qué a mi?
Adam esbozó una sonrisa.
-¿Quieres saber por que? Bueno. Tu eres diferente. Tu no eres como todas esas tipas. A ti no te importa ser quien eres, ni lo que digan de ti. Tu no te dejas llevar tan fácilmente. Tu eres lista, eres hermosa, eres divertida, eres una amante de las galletas. Eres perfecta. Eres la mejor persona que jamás he conocido. Y estoy enamorado de ti como tu no te lo imaginas. Te amo, Lilith. Te amo.
Me empecé a sonrojar al máximo. Adam vio como me ponía mas roja que un tomate. No podía creer lo que Adam me acababa de decir. Jamás pensé que alguien me diría algo así.
Yo no le dije nada. Solamente lo abracé. Hundí mi cabeza en su pecho y el me rodeó con sus brazos. Lo abracé como si fuera la ultima vez.
-Yo también te amo.- susurré. Y no estaba mintiendo.