Capítulo 5: A centímetros de distancia

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La tarde fue entretenida, tras dejar las mochilas en casa de Jongdae fueron a tomar un chocolate caliente, después fueron a un lago que había en un parque, había niños jugando y Minseok recordó cuando él y Jongdae eran pequeños y jugaban en aquel frondoso parque.

Jongdae seguía esperando el momento perfecto para confesarse, pero pasaba el tiempo y cada vez se ponía más nervioso. Sin darse cuenta, había anochecido, el moreno tomó la mano helada de su amigo y la apretó fuerte, Minseok intentó esconder el rostro en su abrigo, Jongdae lo había hecho de nuevo.

—Es tarde, te puedes quedar a cenar en mi casa —dijo Jongdae mientras empezaba a caminar camino a su casa, al ver a su amigo algo inseguro añadió—: Sólo si quieres, claro.

—Vale. —Minseok intentó sonreír y aquello al moreno le pareció el gesto más tierno que había visto nunca, bueno no, el más tierno era cuando el pelirrojo hinchaba sus mofletes y parecía un hámster.

Caminaron juntos hasta casa de Jongdae, donde estaba su madre cocinando, cenaron los tres juntos.

—Y dime Minseok, ¿tienes novia? —preguntó la madre de Jongdae de repente. Minseok casi se atraganta, pero terminó de comer y con un leve sonrojo respondió:

—Eh no, no tengo novia, pero llevó interesado en alguien desde hace tiempo. —Su voz casi no se oía, Minseok hablaba bastante bajito.

—Oh, bueno, en ese caso espero que tengas suerte —añadió sonriente la madre de Jongdae, el pelirrojo sonrió tímidamente ante los ánimos, su madre volvió a hablar—: Jongdae tampoco tiene novia, aunque claro, es obvio puesto que es... —No pudo terminar la frase, su hijo le había proporcionado una patada por debajo de la mesa, seguida de una mirada suplicante, su madre lo entendió al momento y decidió cambiar de tema:

—Minseok, me ha encantado verte, si quieres puedes pasar la noche aquí.

—Eh... Yo... —Minseok no sabía que decir. Por una parte estaba encantado con la propuesta, claro que quería dormir allí, pero otra parte le gritaba que lo rechazase y saliese de allí. Tragó saliva y al final terminó por aceptar.

Tras aquello recogieron la mesa, Minseok subió arriba a cambiarse —la madre me había dado un pijama de Jongdae— y el moreno se quedó abajo ayudando a guardar todo junto a su madre.

—Cielo, siento lo de antes, pensaba que ya se lo habías dicho —pidió disculpas su madre.

—No pasa nada, nadie lo sabe, sólo tú y papá, pero llevo toda la tarde esperando para confesarme —respondió algo triste su hijo menor.

—Entonces sube ahora y dile lo que sientes ¿vale? —La señora Kim abrazó al menor de sus hijos con cariño y en el interior le deseó lo mejor. Pensaba que Minseok era un buen chico y que Jongdae era afortunado de tenerle y ella, al igual que su hijo, esperaba que el pelirrojo bajito correspondiese los sentimientos de Jongdae.

Este subió corriendo las escaleras y entró en la habitación, su amigo estaba tendido en su cama con el pijama que le había prestado, le quedaba algo grande pero se veía tierno.

—Hola —dijo Jongdae cuando entró.

—Hey —respondió su Baozi levantándose y poniéndose de pie. Se miraron a los ojos e intercambiaron sonrisas, una más tímida que la otra. Después el moreno agarró su pijama, entró en el baño y tras cambiarse se miró en el espejo, era el momento.

Al salir Minseok miraba curioso algunos libros de la estantería de Jongdae, este último sonrió una vez más y se sentó en la cama apartando la colcha.

—Si quieres alguno te los puedo prestar —dijo después de un rato.

—¿Eh? Ah, gracias. —Minseok se dió la vuelta y tomó una gran bocanada de aire cuando vio a su amigo indicándole con la mano que se sentase junto a él. Él, algo inseguro, acabó por acercase y meterse debajo de la colcha junto a su amigo.

—¿Por qué haces esto? —preguntó avergonzado ante el extraño comportamiento de su amigo.

—Porque hace frío —respondió Jongdae. Mentira: sólo quiero estar cerca tuyo, pensó—. ¿Tienes sueño?

—No mucho, ¿tú?

—Yo tampoco —respondió Jongdae mientras se acercaba a él. Minseok se asustó cuando vio que su amigo se aproximaba, estaban tumbados en la cama debajo de una colcha los dos, todo aquello era muy extraño para él. Jongdae puso la mano en la cadera de su Baozi y le atrajo a él, quedando ambos cuerpos a centímetros de distancia. Sus respiraciones cálidas se mezclaban pero pronto Jongdae volvió a moverse, esta vez posicionando una mano en la mejilla de su amigo y frotando su nariz con la de Minseok. Pero ocurrió algo que no se esperaba.

Minseok se apartó bruscamemte y levantó la colcha.

—Esto no esta bien, Jongdae —dijo frío, no está nada bien, no juegues conmigo, por favor, añadió para sus adentros. Estaba apunto de levantarse cuando unos fuertes brazos le agarraron se la cintura.

—No, espera, no has entendido bien lo que intentaba hacer —intentó explicar un angustiado Jongdae.

—Juegas conmigo, ya está —le interrumpió molesto Minseok, se intentó zafar del agarre de su amigo pero era más difícil de lo que pensaba, sus brazos le agarraban firmemente.

—Ha habido un malentendido, Baozi, dejame explicarte —le suplicó Jongdae con la respiración entrecortada, el agarré de sus brazos se debilitó y Minseok aprovechó para intentar levantarse.

—No me llames así —le contestó. Se iba a poner de pie pero Jongdae reunió fuerzas y apretó el agarré, atrayendo de nuevo el frágil cuerpo de su amigo.

—Me gustas, Minseok.


A centímetros de distancia ❀ {Chenmin/Xiuchen}Where stories live. Discover now