Capítulo 2

45 2 0
                                    

Todo estaba oscuro, solo podía escuchar voces que parecían lejanas. Intente abrir los ojos pero simplemente no podía, los sentía muy pesados. Poco a poco las voces se fueron haciendo cada vez más clara.

- Pero que has hecho, la tenías que asustar, no dejarla inconsciente.- no reconozco ninguna esa voz. Pero por la forma que habla de mi parece que ellos si me conocen

- Tenía que hacerlo. Imagínate que nos hubiese reconocido. Sabes lo que eso hubiera significado, ehh.- en respuesta solo escuche silencio.- Estaríamos muertos.

Efectivamente me conocen y eso solo hace inquietarme más de lo que ya estoy. Vuelvo a intentar moverme o abrir los ojos y para mi sorpresa poco a poco mi cuerpo empieza a reaccionar. Vuelvo a intentar escuchar las voces, pero ahora solo son murmullos, lo que significa que se han alejado.

Cuando por fin puede abrir los ojos todo me daba vueltas y mi cuerpo se sentía muy pesado, así no podría ni siquiera andar sin desfallecer en el intento. Con mucha dificultad moví mi cabeza intento averiguar dónde estaba, para mi mala suerte estaba en un callejón, con mucho esfuerzo me pongo de pie pero mis piernas tiemblan y me apoyo contra la pared para evitar caer.

Al girar mi cabeza hacia la salida del callejón tengo que cerrar los ojos para calmar la punzada que me provoca mover un milímetro la cabeza. Allí están mis dos atacantes, estaba discutiendo por lo que aún no se habían dado cuenta de que estaba consiente. Intento idear un plan a pesar del dolor de cabeza pero nada se me ocurre que pueda ser efectivo. Por una vez en la vida me culpo por no aceptar la seguridad que mi padre me quería imponer, sino nada de esto habría sucedido.

Mientras me culpo mi mirada se dirige a un grupo de contenedores que pueden servirme de escondite por ahora. Con pasos lentos y sigilosos me voy acercando a los contenedores. A mitad del camino otra punzada intensa golpea mi cabeza, llevo mi mano a la cabeza y noto un líquido caliente. Me paralizo, no aguanto ni ver ni oler la sangre. No sé qué hacer, lo único que quiero es gritar pero sé que solo serviría para que mis atacantes supieran que estoy despierta.

Con toda mi fuerza de voluntad llego hacia los contenedores y me siento apoyando mi espalda contar ellos, necesito recuperarme un poco del golpe sino me volveré a desmayar. Me moví hacia un lado provocando que mis llaves cayeran al suelo provocando un silencio sepulcral.

Con el pulso acelerado gatee hacia el centro de grupos de contenedores. Roge a todos los dioses porque no me hubieran escuchado, pero como nunca tengo suerte tengo que buscar un plan B.

-Pero donde esta!?- escuche que uno gritaba.

Donde estaba escondida no era seguro, ya que al final me encontrarían. Eran dos filas de contenedores con cuatro por fila, se conseguía moverme hasta el último podría correr sin problema hasta la salida del callejón, son solo unos cuantos pasos.

-Vamos, rápido busquémosla.- dijo uno cerca de donde me encontraba.

Gateando me moví hasta el último contenedor. Me puse de pie con mucha dificultad y me mentalice para el movimiento brusco que iba hacer. Con decisión me eché a correr hacia la salida y me puse a gritar como una loca.

-Ahí está, corre que se escapa.-Fue lo único que mis oídos llegaron a oír con toda la adrenalina recorriendo mi cuerpo.

De repente choque contra alguien, me moví desesperada mientras gritaba. Las lágrimas se deslizaban por mi mejilla del miedo que tenía.

-No te escaparas de mi Belle.-Me dijo al oído la persona que me atrapo.

Lo mire a los ojo, unos ojos color miel me miraban con odio y cariño a la vez. Sentía que conocía a este chico, ya que nada le cubría la cara, pero no recordaba de que.

Desconocidos (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora