Capítulo 3

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Narra Hazel

-Que, bailarina, esta bueno?-Dijo sacandome de mis pensamientos.

-Si, gracias Scott.-Me miraba con sus ojos verdosos. Eran unos ojos extraños pero preciosos, como una mezcla de castaño y verde.

-De nada Hazel. Ya te sientes mejor?

-Un helado lo mejora todo no?-hice un intento de sonrisa.

-Claro.-Se rió- Vamos, te acompañó a casa.

-No hace falta...

-Si hace falta, si.

-Bueno, si quieres. -Me levanté de la silla.

-Estas...bien?

Perdí el equilibrio. Scott me cogió justo antes de caer al suelo.

-No, no lo estás. Vamos sube,-señaló su espalda- te llevo.

-No quiero ser una carga...

-No lo eres-Sonrió-Vamos.

Mire hacia el suelo, todavía no podía olvidar a William encima de mi arrancandome la ropa como un poseso.

-Hey, princesa, levanta la cabeza...

-No me digas, que se te cae la corona. -Dije al esperar la tópica frase.

-No, quiero verte sonreír.

Me acercó hacia él dándome un abrazo acogedor donde los haya. Me refugié en su sudadera azul cogiendo todo el calor que pude. Olía a perfume de hombre, muy suave.

-No dejaré que te toque.-me susurró.

Cogimos un autobús hacia mi casa. Resultó que Scott vivía dos manzanas más allá de mi casa, así que le venía bien coger el autobús. Me entretuvo todo el camino, no dejaba que pensará en nada a parte de lo que el me contaba, lo hacía a propósito, se le notaba. Cuando faltaba una parada para mi casa Scott me dio un llavero de oso que tenía en las llaves.

-Si esta noche o mañana o cuando sea tienes miedo, no puedes dormir o te sientes insegura coge este llavero y acuérdate de mi, yo te protejere.

Parecían palabras de cuento de hadas, pero me lo estaba contando a mi. En mi vida real. Acepté el pequeño oso. Era una figura de madera tallada con forma de cachorro de oso. Me lo metí en un bolsillo y le sonreí.

-Gracias-dije timidamente- hasta mañana!

-Hasta mañana, bailarina!

Baje del autobús sonriente, "este chico es genial" pensé. Entre en casa sin hacer demasiado ruido. Era media tarde, mi padre estaría trabajando en su despacho.

-Ya estoy en casa!-grité.
-Hola cariño.-me saludó mi padre desde su despacho.

Subí a mi habitación, me puse el pijama y me puse a hacer deberes, con el oso encima de la mesa.

Los del libro azul (Pausada)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang