Help me (Camren)

"Un doloroso recuerdo"

Lo único que me incitaba a salir de casa los findes de semana, era la sensación de libertad que me recorría cada vez que lo hacia. Y... Las peleas de mis padres.
Cada vez era peor. Hoy, la palabra "divorcio" saltó por encima de los gritos.

Eso me dolió.

Hasta escuché decir a mi madre que no estaría con mi padre de no ser por haberse embarazado de mi.
Lo siguiente que pasó, fue que la pequeña navaja del sacapuntas reposaba en mi mano después de haber hecho otros cinco cortes nuevos en mi brazo. Recientes y sangrando.

¿Acaso no se dan cuenta de que puedo escucharlos? ¿No se dan cuenta de cuanto me duele oír todo aquello? ¿No se dan cuenta de que sufro en silencio? ¿No se dan cuenta de que cada día me apagó más y más? ¿De que me encierro en mi propio mundo?

No. O no les importo, o directamente están demasiado ocupados en buscar algo que replicarle al otro que no se dan cuenta que los escuchó.
Aunque, habría que ser realmente imbécil como para no notarlo.
Las lágrimas acumuladas en mis ojos, mis grandes ojeras y el hecho de que no haya sonreído desde hace 4 meses, cuando todo empezó, me delatan.

Para colmo, el roce de los cortes con la ropa dolía, pero no tanto como mi dolor emocional.
Y cuando los mojabas... Uf... No os lo podéis imaginar, es un pinchazo que poco a poco se va haciendo más profundo hasta que no aguantó las ganas de llorar.

Pero, es lo que gano por ser tan débil y dejarme caer siempre.

Tan sólo era una chica de 16 años, pero sabía verdaderamente lo que era sufrir.
Burlas, insultos, que te ignoren, que te digan que nadie te quiere o te necesita, que te digan que eres inútil, que te suicides que a nadie le importaría, golpes y más golpes...
Eso era dolor.

¿Y que hacía yo? Me cortaba, exactamente.
Era demasiado débil, y ya no podía con todo.
No se controlar mis sentimientos. Creo que sufría de una gran depresión, además.

Suspiré al darme cuenta de que debía volver a casa. Realmente no quería hacerlo, pero era mi obligación.

Vagamente, caminé en dirección a mi "dulce hogar", nótese mi sarcasmo.
Si por mi fuese, me quedaría en la calle todo el día y noche. Pero algo me podría pasar, y me da miedo ese " algo ".

Al llegar a casa ví como mis padres cenaban en silencio, no hablaban, no se miraban, sólo cenaban en un completo silencio. Suspiré, era normal.
Por lo visto, mi madre se dió cuenta de mi presencia.

Annabelle- Ven a comer, Camila. Estas demasiado delgada.

Ja, le falla la vista. No estoy delgada, todo lo contrario. Por eso, hace dos días dejé de comer.
Quería bajar de peso.

Camila- No tengo hambre.- mentí. Y sin que pudiese decir nada más, subí las escaleras para encerrarme en mi cuarto. El único lugar donde era yo misma.

Me dejé caer en mi cama de sabanas rosas. Mirando el techo suspiré pesadamente.
Nadie podía ayudarme, mi única amiga vivía en Londres, por lo que solo podía apoyarme por WhatsApp. Ella no sabe nada de mis cortes o de los golpes que recibía.
Sólo sabía que mis padres peleaban, pero no sabía a que punto habían subido.
Además, no quería preocuparla, Normani tiene suficiente con estar empezando la carrera de actriz y bailarina.

Volví a suspirar.Mañana era Lunes y eso significaba Instituto, lo cual significaba ser completamente invisible, burlas y más cortes ¿aterrador, eh?

Y en ese momento me pregunté: ¿dónde habrá quedado aquella niña que solía ser? La que siempre sonreía y reía. Se habrá ido, junto a la felicidad, cuando entre en secundaria y el mi mundo se desmoronó junto a mis sueños y esperanza.

Os preguntaréis ¿alguna vez fui feliz? Pues sí, pero eso fue hace años.
Me gustaría volver a ver a esa Camila. Ella era feliz, vivía sin preocupaciones.
Sin embargo, esta Camila sólo es capaz de sonreír cuando escucho a mis grandes referentes de música: Demi Lovato y One Direction... Son realmente increíbles

En el instituto me llaman "la rara" o "la suicida" y me pregunto: "¿cómo se habían enterado de mis malditos cortes?"
Es decir; jamás le he contado a alguien sobre esto y no creo que algún imbécil me haya visto cortarme. Así que, no se como demonios se habrán enterado.

Yo solía tener dos mejores amigas; una era Normani y la otra se llamaba Bea Miller.
Normani se mudó a Londres dónde empezó el instituto al igual que sus carreras universitarias.

Y a Bea... La perdí. Fue en un accidente de coche, ella murió en el impacto yo sobreviví. Bea era como una hermana, la quería mucho.

Bea y yo teníamos 13 en ese momento. Reíamos y hablamos de todo, no teníamos vergüenza entre nosotras.

De pronto el hermano de Bea, eh... Tyler, tocó el claxon para que el coche que se acercaba a nosotras se detuviese.
Durante un largo intento, Tyler intentó salir del camino.

No lo logró, el impacto hizo que Tyler y yo cayésemos inconscientes... Bea murió en el acto.

Al despertar, me encontraba en un hospital. A mi lado, Tyler estaba sentado, con la mirada perdida, triste, melancólica... Vacía.

Flashback
Bea- Ty, me aburro. Pon algo de Demi. El rock es un rollo.

Tyler- ¿Qué sabrás tu que es un rollo?

Bea- ¡Eres un soso! Cami me apoya, ¿a que si Cami?

Camila- Claro Bea, Demi es la ama.

Bea- Lo ves tonto... Demi es la ama.

Tyler- Vale plastas.

Tyler no rechistó y entre los discos buscó uno de Demi. El cual fue el soundtrack de "Camp Rock 1"

Bea- ¡ESE NO ES DE DEMI!

Tyler- Sale ella, así que te callas renacuaja.

Bea le sacó la lengua a través del retrovisor y comenzó a cantar "Who Will I Be?".
Empecé a tararear la canción, y al final la termine cantándola a pleno pulmón junto a mi amiga.

Tyler- ¡MIERDA! ¡APARTATE!

Bea- ¡TYLER HAZ...

Sentí un agudo golpe en la cabeza... Luego todo se volvió negro.

...
Camila- ¿Que pasa Tyler?- nos miramos por unos segundos, pero Tyler apartó la mirada

Tyler- Chocamos y Bea... Ella...- no pudo seguir hablando, ya que comenzó a sollozar. Diciendo que todo era su culpa.

Al principio me temí lo peor, pero después solté una aguda carcajada.

Camila- A mi no me engañas... ¿Dónde esta Bea?

Tyler- Ella esta muerta.

Fin flashback.

Esa noche probé lo que se sentía al cortarse.

Un gran error.

Ya no podía controlarme, era mi adicción. Me iba a volver loca, ya no sabía como parar.

Y en ese momento abrí los ojos, inconscientemente había tomado la pequeña navaja y la había acercado a mi muñeca

" No lo hagas, por favor " Escuché la voz angelical de Bea. No es la primera vez, pues siempre suele pasar en estas ocasiones y siempre la ignoro.

Hazlo, hazlo. Es la única manera de sentirse mejor y lo sabes.

Mantente fuerte, suelta la navaja ¡SUELTALA CAMI! grito Bea a mi lado. Y, mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla la navaja cayó al suelo.

Una gran hazaña para mi.

Jamás podría haberlo hecho antes.

Aunque, no podía saber si la próxima vez me mantendría fuerte.
Nunca se sabe, nada es seguro para siempre. Y con este profundo pensamiento, caí en un profundo sueño.