4. Primer tema de conversación: ¿Así que... te llamas Crater?

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Estaba algo aturdida. Después de un día de convulsiones, caídas, tratos con diosas del Olimpo, caer desde un tornado, saber que existe otra mitología, enterarte de que tienes que salir con un chico para unir dos fuerzas para una guerra con la Blancanieves de Gea y ver que un chico con un dios dentro te miré extrañado no es algo que veas todos los días, ¿o sí?

No tenía ni idea de lo que eran las cosas que habían en la bolsa de Sadie. Vi al chico que me abrió la puerta y le pregunté:

-Hey, tú -le dije. ¿Lindo saludo?

- ¿Qué pasa? -preguntó.

- ¿Cómo te llamas? -Qué linda conversación, Aqua.

- ¿No sabes leer? -preguntó, señalando su camiseta que tenía pegada una tarjeta de presentación.

-Sí, bueno no. Es... más o menos...

- ¿No sabes leer? —repitió como si temiera por mi salud mental.

- Tengo dislexia -le dije. Traté de leer lo más rápido que pude y dije: - ¿Crater? ¿Te llamas Crater?

-No, me llamo Carter -dijo.

¿Así que este era el escogido por Hera?

Extendí la mano.

-Soy Aqua McCartney. Mucho gusto -dije. Él estrechó mi mano y dijo muy amablemente.

- ¿Qué quieres?

-Sólo quería que alguien me diga para que sirve eso -dije señalando la bolsa.

-Ah, sí. Mi hermana se olvidó.

Él entró a mi cuarto y me dijo que la piyama no era ninguna piyama, sino que era una ropa especial para hacer magia. La cosa con forma de signo de interrogación era una kopesh, una espada egipcia. El tipo de masa rara era una cera especial para crear shabtis que eran un tipo de asistentes. La varita de marfil serviría para hacer magia.

-¡Wingardium Leviosa! —grité agitándola.

- ¿Leíste Harry Potter? -preguntó entre risas.

- Sí, la saga completa.

- Creí que tenías dislexia.

- Digamos qué hay una perfecta explicación para eso, pero ¿aún no confío en ti lo suficiente para decírtelo? —Los leí en griego antiguo. Quién diría que habían fans lo suficientemente locos que traducirían los libros a lenguas muertas. —¿Y tú? —pregunté peinándome un mechón de cabello tras la oreja.

—La verdad he leído cada libro que ha caído en mis manos. Mi padre viajaba mucho por el mundo y...

—Sería lindo no tener dislexia —respondí, intentando no ser un personaje de relleno de una típica película adolescente americana.

Un silencio incómodo se expandió por la habitación. Claro, yo tenía que marcar mi dominancia ante sus intentos de robarme el papel protagónico con daddy issues. ¿Quien se creía ese tal Cráter que era?

—Entonces, ¿cuál es tu casa? —me interrumpió.

Sadie asomó su rostro por la puerta.

—¿Hermano, qué haces aquí? —cuestionó confundida, pero pronto algo de realización marcó su rostro. — ¡No! ¡Aqua es mía! ¡El último iniciado casi se suicidó porque no le dejabas de hablar de Nietzsche y el antinihilismo!

—¿Quién? —cuestionó él.

¿Hera había elegido a la persona correcta? Claro, si me quiere ver morir. Qué inteligente es esa señora.

𝖗𝖊𝖕𝖚𝖙𝖆𝖙𝖎𝖔𝖓 (𝐶𝑟𝑜𝑠𝑠𝑜𝑣𝑒𝑟 𝑅𝑖𝑜𝑟𝑑𝑎𝑛𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora