One Shots' FNaF

I'm The Purple Guy [Vincent]

Ahí estabas tú, esperando a que la lluvia pasara, para poder irte finalmente a tu casa.

El día de hoy llegaste muy temprano a la pizzería Fazbear, a pesar de que había mucho viento y el clima iba empeorando, decidiste ir a pedir el trabajo.

Para tu suerte te lo habían dado, lo malo es que empezabas esa misma noche... Y no habías podido regresar a tu casa por culpa de la lluvia.

Vaya suerte la tuya...

Tu estomago gruñó, habías olvidado desayunar.

― Debería entrar a comer algo... ― susurraste y diste un paso para regresar al restaurante familiar.

Entonces el claxon de un auto te detuvo.

― Hola, pequeña ― dijo la persona que conducía.

Un hombre de ropas moradas, cabello castaño oscuro, de unos veintitantos tal vez. Estaba fumando y no dejaba de mirarte, parecía que le gustabas.

― ¿Qué? ― respondiste cortante.

No era que esa persona no te agradara, simplemente... Tenías hambre.

― ¿Quieres que te lleve? ― él sonrió.

Miraste el auto... Morado.

¿Esta persona es idiota? Pensaste.

De cualquier forma, este idiota estaba dispuesto a llevarte, a donde sea mientras sea lejos de esta tormenta.

― Sí ― respondiste con una sonrisa de medio lado.

A él le gustó.

(....)

Te había llevado a comer, y él pagó... Lo que te sorprendió y te hizo darte cuenta de que alguien estaba interesado en ti.

― Entonces, ¿Cuántos años tienes? ― pregunto él cuando detuvo el auto en un semáforo rojo.

― Acabo de cumplir la mayoría de edad ― respondiste mirándolo de reojo.

― Oh, ahora puedes fumar y beber a tu antojo ― rió. ―. Felicidades.

El semáforo cambió a verde, él movió la palanca de velocidades y sus nudillos rozaron con tu pierna.

Había hecho eso a propósito, esperaba tu reacción y solo sonreíste con un leve rubor en tus mejillas.

¿Querías divertirte? SÍ.

No eras fea, pero tampoco era que los chicos vinieran a montones hacía ti. Y... Atraer a alguien mayor que tú. ¡Já! Esto debía ser un sueño.

De vez en cuando lo mirabas por el reflejo de la ventana, notabas que él constantemente se te quedaba viendo y no borraba esa sonrisa.

Te habías fijado bien en él.

Cabello revuelto, castaño oscuro.

Ojos negros, con algunas ojeras.

Alto, piel morena clara.

No era tu "tipo" pero vaya que era apuesto.

― ¿A dónde iremos ahora? ― preguntaste mientras mirabas el camino.

― ¿A mi casa estaría bien? ― sonrió pícaramente, esa era una pregunta demasiado directa.

― Me parece que está bien ― sonreíste igual que él.

¿Hasta dónde llegaría tu diversión? Hasta donde tu cuerpo sea capaz de soportar.

(....)