➵ 2 (No finjas).

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Tenía una hora libre, apenas he dado dos clases y ya necesitaba salir de aquí, no me gustaba demasiado el instituto, y menos si la mitad de los estudiantes me fichaban cada vez que me miraban solo porque mi familia murió en un incendio, yo no les miraba de esa manera aún sabiendo parte de los cotilleos que se traían. Alguien me dijo que en esta hora los chicos entrenaban para el partido de Lacrosse, y sabiendo que Scott entrena, y es un novato en esto, podría convertirse en cualquier momento, o también podría matar a alguien, sinceramente espero que no lo haga. No me gustaba ser la niñera de nadie, pero era eso o tener que estudiar para la case de matemáticas. 

Con parsimonia me acercaba a las gradas, vi desde lejos al entrenador gritar y tocar su silbato, como la mayor parte de las veces, todavía no sé como ese señor se quedaba sin aliento con tanto tocar el pito.

— Eh, McCall, ¿A qué estás esperando?

Le preguntó a Scott, mientras este último solo levantaba una ceja, parecía que se había quedado pillado como un juego de ordenador.

Todos los jugadores habían hecho una fila, Jackson defendía la portería, donde estaba Danny dispuesto a pararlas todas. Jackson era el mejor del equipo, y nadie pasaba a Jackson cuando estaban en esa posición, sobre todo de defensa, al menos lo era antes de llegar al instituto y antes de que Scott se volviera tan bueno jugando. Uno a uno fueron pasando por Jackson, fallando, como era de esperar, no es que tuviera devoción por él, pero era un buen jugador. Scott corrió intentando marcar, pero Jackson dio unos cuantos pasos y logró placarle.

— ¿Qué clase de idiota siendo hombre lobo no logra placar a un humano?

Pregunté, sentándome en las gradas a lo cual, Scott inmediatamente me miró, prestándome toda su atención, parece que me ha escuchado. Estaba enfadado, yo no tengo la culpa de que sea un paquete.

— Eh, McCall. Mi abuela se mueve más rápido que tú, y está muerta, ¿Crees que puedes moverte solo un poco más rápido que el cadáver de mi abuela.

Preguntó furioso el entrenador, haciendo que todo el equipo se riera de Scott y cuchichearan sobre él. Sin duda, su comentario había hecho demasiada gracia, pero no me gustaba cómo se rieran de él, y no con él.

—Sí, entrenador.

Asintió, murmurando Scott apretando la mandíbula, estaba agachando la cabeza, creo que estaba avergonzado.

— ¡No te oigo!

Le gritó el entrenador. Empezaba a pasarse demasiado con él, su trabajo era enseñar, no humillar a sus alumnos. Alcé ligeramente la ceja, esperando que no hiciera otro comentario de ese tipo, o yo misma me metería en medio.

— ¡Sí entrenador!

Le devolvió el grito. Estaba enfadado, demasiado, la cosa iba a ponerse fea. Podía ver el color de ojos amarillo brillante de Scott detrás del casco, las uñas rompían los guantes y el pelo salía de sus mejillas.

Scott volvió a su sitio, sin importarle la mirada de los demás, he hizo un giro de muñeca para coger con el stick una pelota. Volvió a repetir la jugada, placando a Jackson, pude escuchar como uno de sus huesos de Jackson se rompía, genial Scott ve dando pistas de lo que somos. Pero Scott tampoco estaba bien, aún no lo controlaba, tenía que buscar un ancla rápido, algo a lo que aferrarse para que no le costara tanto, y eso sólo se lo podía enseñar Derek, aunque no creo que esté muy dispuesto.

Stiles, el cual estaba mirando nervioso la situación, se acercó a Scott para llevárselo lejos de aquí, estaba convirtiéndose, y esto no era bueno para nadie. Puede que tenga que ir a ayudarle, no puedo permitirme que alguien salga herido estando yo cerca.

Another Hale | Stiles S.Where stories live. Discover now