Capítulo 01

1.7K 58 10
                                    

Capítulo 1

Londres 1814

- ¡Maldición! ¿Por qué rayos no se mueve? – El duque de Blackmoon, o Black como le decían, se removió inquieto dentro del carruaje.

-Algo tiene que haber sucedido, deberíamos ir a ver, tal vez podemos ayudar... -dijo Peter con una sonrisa indolente y una voz calmada, al tiempo que miraba divertido la evidente incomodidad del Duque.

Su hermano pequeño y, si todo salía como el lo planeaba, próximo heredero al Ducado de Blackmoon, ya que no tenía ninguna intención de proporcionar un heredero propio al ducado, lo había arrastrado por todo Londres para conseguir un condenado par de botas y ahora estaba de muy mal humor. Había salido esa mañana de su casa, pensando que pasaría una tranquila mañana en White's, su club de caballeros favorito, bebiendo una copa de oporto y discutiendo con los demás Lores las nuevas reformas en lo referente a Napoleón, pero cuando se encontraba en la puerta, Peter lo había cazado y le había rogado que lo acompañara a comprar un par de botas. Después de una hora de recorrer medio Londres estaban aquí, atrapados entre un mar de carruajes y a punto de morir sofocados.

- ¡Maldita sea! – gruño Blackmoon - iré a ver que rayos sucede, tú te quedas aquí. - dijo ordeno.

Suspirando abrió la puerta del coche y con una maldición salió a ver qué estaba sucediendo.

-Intenta no hablar así - dijo Peter - tal vez sea alguna damisela en peligro, estoy seguro de que no quieres traumatizar a nadie con esa actitud. -comento su hermano con clara diversión al tiempo que se arrellanaba en el cómodo asiento del carruaje.

-Esperemos que al menos sea guapa. -dijo Black lanzándole una mirada casi esperanzada al inicio y luego una llena de pánico. - y no alguna bruja escupe fuego -y añadió con ironía. - o peor... ¡una debutante! -exclamo horrorizado.

Cerró la puerta del carruaje ahogando la risa de su hermano menor y se dirigió hacia el grupo de personas reunidas un poco más adelante, a medida que avanzaba los murmullos se fueron haciendo más fuertes, estos iban desde escandalizados e impresionados hasta los llenos de reproche, consiguiendo que su curiosidad se acrecentara.

- .... Una princesa. -dijo un dandi embobado, demasiado decorado para su gusto.

- ... un ángel caído del cielo. -. dijo otro joven en un suspiro, como si, lo que sea que hubiera visto, lo hubiera embrujado.

El duque arqueo una ceja, con impaciencia y un poco más agresivo comenzó a apartar a las personas abriéndose paso aún más rápido a través de la multitud.

-... es una verdadera fiera. -dijo uno de los presentes entre admirado y horrorizado.

- ¡Una mujer no debería armar semejante escándalo! -Exclamo con voz nasal, una gorda matrona- ¡si mi hija hiciera algo así me daría un ataque!

- ¿Pero quien se cree que es? -Pregunto un caballero mayor de aspecto severo. - que jovencita más impertinente...

Cuando por fin pudo llegar a la primera fila, observo como un oficial miraba con ferocidad hacia el frente, mientras tenía cogida firmemente de un brazo a una pequeña niña de unos tres años aproximadamente. La lagrimas surcaba en sucio rostro de la pequeña si lloraba por el dolor o el miedo, no quedaba claro... aunque viendo esa mano casi blanca que aferraba su brazo, estaba casi seguro de que era por dolor.

Blackmoon siempre se consideró asimismo más un espectador en la vida que un participante activo, limitándose, más que nada a mirar las situaciones desde lejos y no inmiscuyéndose en ellas, sin embargo, algo en esta escena lo puso incomodo, aunque no podría decir exactamente que lo incomodaba. Por eso, se sorprendió a si mismo cuando dio un paso al frente con la intención de salvar a la niña, cuando estaba a punto de dar un segundo paso, una voz gélida y extrañamente sensual lo detuvo, casi congelándolo en su sitio.

En Edición La rosa (1º Serie Red de Espias)Where stories live. Discover now