La chica ángel

10.- deseo, desesperación y muerte

Ambos partimos buscando un lugar en concreto para entrar en el deprimente lugar en el que estuve atrapada, meses atrás, el limbo y la única manera de entrar en el era el estar en el momento exacto en que una persona iba a atravesar lo. Desde que se me asigno el venir de nuevo a la tierra no había pensado en regresar y no estaba emocionada por hacerlo.

-es aquí- me dice Gabriel y entonces me doy cuenta de que estamos aparcados fuera de una pequeña casa, así que le suelto y bajo de la motocicleta- no falta mucho para que se abra el portal, deberíamos echar un vistazo por si acaso.

Asiento y camino tras de, el hacia una ventana cercana por donde ambos echamos un vistazo, aun que alguien se girase ahora mismo no serían capaz de vernos, nadie puede hacerlo...

Hay una persona tumbada en la cama, al parecer en muy mal estado al lado hay un tripie para sueros y ellos están conectados al brazo del chico, junto con unos cables que monitorean su ritmo cardíaco, él es tan joven y a su lado se encuentra una señora que al parecer se trata de su madre, a su lado hay una chica pelirroja con los ojos rojos, y de, el otro lado de la cama hay una chica castaña que apenas y se mueve, esta no hace más que acariciarle los nudillos.

Hay una cuarta persona en la habitación, al parecer es un doctor, eso supongo por su bata blanca y el estetoscopio colgando de su cuello, este llega y las miradas inmediatamente se dirigen hacia él y nunca había visto a tantas personas deseando algo tan inmensamente, pareciera que en ese momento harían cualquier cosa por obtener lo que desean, el doctor mueve su cabeza negando y cierra los ojos un momento y con ello todo el silencio de la habitación se convierte en fuertes sollozos y el deseo se convierte en desesperación y entonces siento un enorme nudo en la garganta al ver la escena.

-que fue lo que le ocurrió- pregunto-.

-ellos creen que se trató de una especie de accidente, pero observa con atención y dime que vez en él.

Miro atentamente al chico para no perderme ningún detalle, su piel esta tan pálida y sus labios tan azules, su negro cabello esta tan despeinado y parece que el apenas y respira, pero al ver su cuello y su dorso hay un par de marcas que emiten un extraño brilló y entonces entiendo a qué se refiere Gabriel.

-esos bastardos- muerdo mi labio con fuerza para contenerme-.

Hay un chillante sonido que atraviesa el aire y me estremezco al escucharlo. Los llantos se intensifican y le veo, el chico se encuentra de pie y se lleva una gran sorpresa al descubrir lo mismo que yo aquella vez.

Jamás es fácil descubrir que no volverás a abrazar a las personas que amas. Gabriel me toma del brazo y me dice algo pero no le escucho.

El chico se gira un momento y entonces es capaz de vernos, mientras las lágrimas inundan sus mejillas y su expresión es desesperada, pero en ese momento siento que comienzo a moverme y lo único que se me ocurre hacer es susurrarle "lo siento" antes de alejarme de la ventana. El me recuerda tanto a mi, meses atrás.

Gabriel sube a la motocicleta y yo subo tras de él, pasando mis brazos por su dorso, pegándome a él tanto como puedo y en ese momento veo algo que brilla intensamente, es el portal. Gabriel arranca y apenas y noto que nos dirigimos hacia él. Cierro los ojos y trato de alejar de mi mente todo lo que acabo de ver y todo lo que me recuerda eso.

-tranquila ángel - es todo lo que le escucho decir antes de sentir como toma mi mano entrelazándola con la suya, la coloca en su dorso y la aprieta-.

Sonrió y me dejo llevar, la brisa despeina mi cabello y recorre mi cuerpo al escabullirse por las aberturas de las mangas.

Las puertas que dan a arcadia están justo delante y ambas se abren de par en par a medida que nos acercamos, hasta que las atravesamos y finalmente estamos dentro, todo sigue siendo igual que la última vez que estuve aquí, todo es resplandeciente y hermoso, creo que esas palabras lo definen perfectamente. Pero ahora hay algo más, la ciudad está vacía.