7.- una promesa

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Camino cuidadosamente por las baldosas del techo, Joel va al frente y Gabriel tras de mí, no sé lo que estamos buscando exactamente aun pero siento que no será nada bueno o quizá es por los malos recuerdos de recorrer el edificio abandonado y estar rodeada de demonios, mientras uno me sostenía del cuello amenazando con arrebatarme lo que queda de mí, porque no le puedo llamar vida a esto.

Joel para en seco y yo lo hago casi chocándome con su espalda, él le hace un par de señas que no entiendo a los ángeles que nos acompañan y estas se alejan con sigilo, me acerco un poco al borde y veo a 5 demonios alrededor de una fogata improvisada, 2 de ellos son chicas y por el callejón entra un grupo más de ellos trayendo en el centro a 2 Ángeles atados de manos, al llegar al centro dos demonios les patean hasta que estos caen en la tierra y de sus labios emana un quejido.


Un demonio se pone de pie y sonríe

-buen trabajo-dice y se acerca al par de Ángeles mientras pone su pie sobre la espalda de uno de ellos-ahora podremos seguir con nuestro experimento, tienen lo que les pedí?

-si-dice otro de ellos y se acerca hacia el con una caja negra-.

-excelente-toma la caja entre sus manos y de dentro saca una jeringa llena de un líquido brillante - sosténganlos fuertemente, no queremos que cometan una estupidez y acabe la diversión, antes de que comience.

Un par de ellos de acercan hacia los Ángeles y los apresan a uno de ellos entre sus brazos, dejando al descubierto su cuello y entonces él le clava la aguja en el cuello y empuja el embolo dejando que el líquido entre en sus cuerpos y hasta que la aguja queda vacía. Al principio no ocurre nada, pero de pronto horribles quejidos emanan de su boca y entonces le sueltan dejando que se retuerza en el suelo, él se aleja sonriendo y saca otra aguja del estuche con más liquido listo para repetir el proceso con el segundo ángel y pronto ambos están gritando cosas sin sentido y yo siento su miedo, ellos están asustados, sumidos en un intenso dolor, es una rara mezcla que no pueden asimilar, no puedo soportar ver esto , mi cuerpo se estremece, que rayos les están haciendo.

Una mano familiar se apoya en mi hombro y yo aparto mi mirada de la horrible escena para encontrarme con los brillantes ojos azules de Gabriel.


-¿estás bien?-murmura-.

Vacilo por un momento en si decirle la verdad pero si lo hago temo que piense que soy una cobarde y que considere que no es buena idea llevarme con él la próxima vez. 


-si-digo y aparto mi mirada de él, pero su mano no se aparta de mi hombro y le agradezco inmensamente que no lo haga, ya que el sentirla allí de alguna manera me reconforta-.

Los gritos paran y los Ángeles acaban inconscientes en el suelo,  luego los demonios que les custodian retiran la soga de sus cuerpos y comienzan a alejarse del lugar, todos lo hacen, hasta que este queda vacío. Luego de que los hombres esparcidos en el techo asienten con la cabeza hacia Joel este nos dice que es seguro bajar y lo hacemos de un salto.


El fuego aun esta encendido pero los Ángeles no se mueven, Joel se acerca hacia los jóvenes Ángeles y gira sus rostros para verles.


-estos chicos llevaban recién una semana con nosotros, no me sorprende que les hallan pillado tan fácilmente-dice-.


Me arrodillo a su lado y poso mis manos en el rostro de uno de ellos, luce tan pálido y sin vida, mi mirada se centra hasta su cuello en donde clavaron la aguja y hay un raro resplandor en esa área, uno similar al que vi en el reflejo del espejo mientras me duchaba. Aparto mis manos de su rostro horrorizado y caigo de culo en el suelo mientras ahogo un grito.

La chica ángelOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz