Capítulo 33.

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Abrí los ojos gracias a la molesta luz del sol que se filtraba por la ventana.

Me estire y bostece. Y entonces me percate de que no me encontraba en mi habitación.

Escuche el sonido de alguien acercándose, rápidamente me tire al suelo y rodé debajo de la cama.

La puerta se abrió dejándome ver unos pies descalzos y un pantalón de piyama. Estos se detuvieron un segundo en la puerta, corrieron hacía la cama y sentí como corría las frazadas de forma desesperada, luego salio corriendo de la habitación. 

10 minutos después volvió a entrar esta vez tenía zapatillas y jean, comenzó a buscar algo entre la mesita de luz a un lado mio, luego lo escuche maldecir y sonreí.

Entonces un celular comenzó a sonar. Luego dejo de sonar.

 —Lina sé que estas aquí, anda sal. 

Detrás de él había un vestidor, imagine perchas, me imagine a mi misma dejando caer algunas. Y de repente se escucho un ruido proveniente de ahí. 

Corrió hacía el vestidor y lo abrió.

 —Te odio Lina —susurro.

Tenía una sonrisa plasmada en mi rostro, era muy divertido el hecho de que no haya revisado debajo de la cama. Entonces ideé un plan. Mire la puerta, y soplé, en dos segundos se cerró fuertemente y lo vi saltar, se dirigió a la puerta y quedo dándome la espalda, rodeé fuera de mi escondite y corrí hacía él saltando sobre su espalda. 

Casi me lanza al suelo del susto, pero luego sujeto mis piernas.

 —¡¿Pretendes matarme de un infarto?! —dijo Cody.

 —Anda, no es mi culpa que seas miedoso —conteste mientras me reía.

 —¿Miedoso?, no, tienes razón es de lo más normal tener una mejor amiga que cierra puertas, mueve cosas, incendia objetos, mata demonios y pelea como si fuera un dios.

 —Gracias por el halago, tu eres un perdedor —dije mientras lo despeinaba—. ¿Puedes explicarme que hago aquí? 

 —Vives —contesto sarcásticamente.

 —Hablo enserio Bennet.

 —Yo igual Smith —respondió mientras me bajaba de su espalda.

Mire a mi alrededor. 

 —¿Qué sucedió luego de que el demoniamals me absorbiera? ¿qué les sucedió a ustedes?

 —¿De qué hablas? —dijo frunciendo el ceño—. ¿Te golpeaste la cabeza Lina?

 —¿Qué? —lo mire confundida.

 —Lina no fuiste absorbida por ningún alíen tranquila.

 —Wow ¿qué? —pregunté sin poder creer lo que me decía.

 —Lina solo fue un sueño tranquila —sonrió.

 —Eres un imbécil —dije y me tire sobre él.

Ambos caímos al suelo e intente golpearlo, pero en algún momento dio media vuelta y me inmovilizo.

 —Tu eres la imbécil por siquiera pensarlo. Además me salio pésimo porque, ¡acababas hace unos minutos cerrar la puerta con tus poderes mágicos!, es obvio que nada de eso fue un sueño.

 —Te odio, pero ¡tienes razón!, estoy algo dormida déjame.

Cody comenzó a acercarse lentamente a mí hasta llegar a mi oído y susurro. 

Ahora es mi turno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora