American Horror Story: Murder House.

Capítulo 6.

El señor Harmon yacía en su habitación...  Masturbándose. Culpa de la joven Moira a quien vio haciendo lo mismo.

Luego sintió el dolor de la culpabilidad, fue interrumpido por una voz que decía "Familia está en peligro".

Ben se dirigió a la ventana, y vio allí en su propio jardín a un hombre de traje... Con la mitad de su rostro quemado.

Fue a buscarlo pero el hombre ya no se encontraba alli.

Mientras la señora Harmon volvía de hacer sus compras orgánicas se escuchó un ruido, al darse vuelta vio el refrigerador abierto. Hubo una risa y alli estaba Addie.

—¿Qué estás haciendo?¿Qué haces en mi casa?—gritó la señora

La chica seguía riendo, observo a los dos gemelos aparecer detrás de Vivien.

Se juntó con su madre y ella con Ben presente.

—No quiero que estés entrando a mi casa ¿Entiendes? —le explicó la señora Harmon

—¿Puedo fumar?—preguntó la madre, quien prendió su cigarro haciendo caso omiso a la respuesta recibida.

—Addeleide respóndeme.

—Quiero acariciar al perro.

—No, Addeleide no quiero que entres a mi casa. Quiero que dejes de venir, abrir las puertas y decirme que voy a morir.

—¿Eso dijo? — preguntó Ben

—Eso le dice a todo el mundo—dijo la madre riendo — Disculpate Addie

—No, lo hicieron ellos...

—¿Quienes?—Vivien ya estaba perdiendo la paciencia.

—Los gemelos—La madre la calló— Quiero  acariciarlo.

—Addeleide escuchame quiero que dejes de venir aquí sin permiso ¿Comprendes? —Dijo la señora agarrándole la cara.

—Vivien...—Ben trató de pararla.

—¿Comprendes?

—Sí

—Debemos irnos —dijo la vecina

Addie no desaprovechó la oportunidad y tocó al perro quien la mordió

—¿Estas bien? —preguntó la señora Harmon

—No debí hacerlo—Respondió caminando hacia la puerta.

—Disculpen todo esto... Si tocas a mi hija nuevamente te romperé el brazo

Ben fue hacia su despacho, pero no logró su objetivo...

—¡No, no tengo evidencia de comportamiento violento! No, ahora no tengo esos datos... Oiga no quiero que me transfiera otra vez, estoy reportando un paciente adolescente que me parece peligroso. Si, si espero —colgó, sentándose en su sillón — no puede ser.

La puerta de su despacho se abrió, dejando pasar a la joven Moira.

—¿Puedo limpiar aquí?

—No es buen momento Moira.

—Hoy es jueves, salgo en veinte minutos. Si no lo hago ahora será la siguiente semana.

Comenzó a revolotear su plumero sensualmente.

—¿Lo distraigo?

La joven camina hacia él desabrochándose los botones de su uniforme.

—¿Porque no me toca un poco?

—Sal de aquí

—¿A qué le tiene miedo? Su esposa no está en casa... tal vez fue a piates. No se preocupe, no le diré — dijo mientras se desabrochaba un porta ligas.

—Se que se tocó el otro día... Hágalo otra vez, enseñeme.

—Por favor vete.

Un ruido los interrumpió, Violet vio a la anciana Moira encima de su padre.

—Violet vuelve... —Su hija se fue corriendo.

En la secundaria Violet recibió varios golpes.

—¡No te tengo miedo!—le dijo golpeándola contra la pared.

—Deberias—Ella tiro a Vi al piso, pero cuando iba a golpearla. La pequeña Harmon la quemó con una colilla de cigarrillo.

—¡Me quemó la maldita! —se levantó gritando mientras Violet escapaba.