American Horror Story: Murder House.

Prólogo.

1978.

Era un día nublado en Los Ángeles.

Allí estába aquella niña, Addie.

Esta nació con la presencia de una copia extra del cromosoma 21, más conocido como "Síndrome de Down".

Sus profundos ojos marrones observan  aquello que le interesaba tanto, una casa clásica victoriana abandonada.

Alguien a sus espaldas habló y arrojó una piedra hacia el vidrio de aquella casa.

—Hey Troy eres un tonto.— dijo el chico de remera verde con rayas a su gemelo .

—Cállate— respondió esté— Hola, monstruo.

Dijo refiriéndose a Addie.

—Disculpen, van a morir ahí adentro.— advirtió la niña

Ellos solo respondieron de forma agresiva e ingresaron confiados.

—Lo lamentaran.—Dijo Addie.

Abrieron la rechinante puerta de madera, se encontraron con una casa grande, llena de polvo. Con los tapices rasgados.

—¿Qué miras tanto? Empecemos.—dijo Bryan

Troy no esperó un segundo mas, levantó su bate y acto seguido destruyeron la casa juntos.

—Troy— llamó su hermano mientras bajaba la escalera.

Ambos se quedaron observando un tejón muerto, la sangre pegajosa se esparcia por el piso.

La puerta del sótano se abrió.

Agarraron un par de linternas que había sobre una mesa.

—Mira eso— dijo Bryan alumbrando a unas estanterías llenos de frascos. En ellos había toda clase de cosas asquerosas. Partes de humanos e iguanas. Al lado de las estanterias estaban unos utensilios medicos cubiertos de sangre seca.

—Apesta horrible, yo me largo— digo Bryan mientras subia las polvorientas escaleras.

De repente el silencio inundo la sala.

—Troy?— llamó a su hermano mientras descendía.

Lo encontró allí, lleno de sangre, herido. Su hermano gemelo le extendía la mano en busca de ayuda.

Escucho pasos a su espalda, se dió la vuelta y ahí lo encontraba él o mejor dicho "eso" que había matado a su hermano.