American Horror Story: Murder House.

Capitulo 2.

— La luz es diferente aquí en  Los Ángeles. Es... Más suave —comentó Vivien.

—Es smog— agregó Violet

—Emocionate Vi, sólo deja de fumar cigarrillos. Inhala profundo.—dijo Ben.

Era un día soleado, de esos que las personas llaman"hermosos". La familia Harmon estaba reunida en el auto, rumbo a visitar una de las casas candidatas para su mudanza.

—Oigan, necesito un baño. —  se quejó la joven sacándose sus anteojos de sol.

—Ya estamos llegando.— le contestó su padre.

—Tengo que ir.—soltó Violet de mala gana.

—Pero es una autopista ¿Dónde quieres que me detenga? Tal vez el Honda de al lado tenga un baño o algo parecido —dijo Ben irónico.

—Pero no por el bebé sustituto, porque si lo harían —agregó Violet señalando con la cabeza hacia el pequeño perro a su lado.

Ambos padres la miraron incrédulos.

—Violet no digas cosas tan ofensivas.— Dijo Vivien.

—Que bueno que te llamamos Violet y no la otra opción...—respondió Ben divertido

—¿Cuál era? —preguntó la joven con curiosidad

—Rayo de luz — contestó su madre. A lo que le siguió la risa fingida de su hija.

Ben tomó de la mano a Vivien, pero esta no dudó en apartarla.

La familia hizo sonar el timbre de la gran casa.

—Es hermosa —comentó Ben — ¿No te encanta amor? Y se ve aún mejor que en internet.

Vivien asintió, contemplandola.

—Excelente, ya somos la familia Adams—dijo Violet con su fría expresión.

La puerta se abrió dejando ver a la agente de bienes raíces, Marcy.

—Es una clásica cada victoriana, construida en los años veinte por el doctor de las estrellas de entonces. —les informó  amablemente la agente — tiene lámparas Tiffany originales. Los dueños anteriores cuidaban la casa como un bebé restauraron todo como ven.

La familia contemplaba sus antiguos muros, sus vidrios con vitro. Era realmente hermosa.

—¿Eran gays?—soltó Vivian con curiosidad

— ¿Usted que cree? —le respondió la señora. Mientras todos entraban a la moderna cocina—¿Cocina señora Harmon?

—Viv es una gran cocinera. Hizo un curso de cocina hace años y término enseñándoles a los maestros. —respondió Ben adulador.

—¿Curso de cocina? Que romántico.—contestó Marcy enternecida —¿Usted es psicólogo?

—Psiquiatra.—corrigió el señor Harmon. —Por teléfono mencionó un estudio que podía usar como consultorio. Planeo ver a los pacientes aquí para pasar más tiempo con mi familia.

—Hay que renovarse —aconsejó esta.

Los ladridos de la pequeña perrita retumbaban en la paredes.

—Violet ve a ver qué le pasa a Hayley.—ordenó Vivien.

Violet la encontró ladrando le a una puerta.

—¿A qué le estás ladrando? —le preguntó.

Decidió abrir la puerta, tuvo que forzarla pero la abrió. Bajó las polvorientas escaleras y se encontró con un sótano.

«Quizá debería volver» pensó.

—Cuando ví las fotos de esta habitación, creí que podrías usarla como sala de música —comentó el hombre. Mientras entraban a una sala amplia y luminosa.

—¿Se dedica a la música?—preguntó la agente

—Ya no. —contestó Vivien con nostalgia.

—Chelista. Muy talentosa de hecho. —agregó Ben la vez adulador.

—Y... ¿Porqué lo dejó?—dijo Marcy

—El tapiz se esta levantando aquí, parece que había abajo un mural — soltó Vivien cambiando de tema.

—Los dueños anteriores debieron taparlo, eran modernistas—contestó la señora nerviosa —Hablando de ellos... Las leyes exigen que les cuente sobre lo que les pasó.

—Ay no—dijo Vivian mirándola — ¿No fallecieron en esta casa o sí?

—Si de hecho ambos murieron. Homicidio y suicidio. Yo les vendí la casa —le respondió mientras Violet entraba en la sala —Eran una pareja tierna... Uno nunca sabe.

—Con razón el precio es menor al de las otras casas del área. —dijo Ben

—Tengo un hermoso rancho de mediados de siglo pero está en el valle y sera un tercio de esta casa al doble de precio.—propuso Marcy.

El señor Harmon se puso serio.

—¿Dónde paso? —preguntó Violet.

—En el sótano. —respondió la agente con una mueca de disgusto.

—La quiero.—dijo la joven muy segura.