Capítulo 1: El fin del Mundo

118 8 6
                                    

Las sombras la rodearon, aprisionaron sus brazos y piernas con fuerza, trató de gritar pero le rodearon la boca y el cuello, como si de una serpiente constrictora se tratasen. Y cuando tuvo la certeza de que no había sido sino otro truco del Hombre Tenebroso para ganarse un alma humana, cuando supo que se había dejado engatusar y que moriría asfixiada por las sombras... Entonces se resignó a perecer, no sin antes lanzarle a su atacante la mirada más cargada de odio que pudo teniendo en cuenta su precaria situación. Pero cuando sus miradas se cruzaron no lo vio satisfecho, sino igual de agotado que al principio.

-Eres nuestra última esperanza -susurró el Hombre Tenebroso con un hilo de voz.

¿Qué? Quiso preguntar la joven. Pero su atacante abrió de golpe los puños y las sombras la soltaron. No le dio tiempo a sentirse aliviada. Por un segundo le pareció volver a sentir el suelo bajo sus pies, pero entonces se elevó a una velocidad vertiginosa, alejándose de todo cuanto conocía. El Hombre Tenebroso, las sombras, la trastienda, la ciudad, el mundo, las estrellas... Todo pasaba por su lado y se esfumaba antes de que pudiera asimilarlo ¿o era ella la que se movía demasiado rápido? Presa de la conmoción se desmayó en pleno viaje cósmico y perdió la noción del tiempo.

-Hey... Hola... ¿Te encuentras bien? -oyó que preguntaba una voz femenina. Como no sabía qué responder, siguió con los ojos cerrados. Le daba miedo abrirlos.- De acuerdo, tendré que hacerlo... No sé si es lo más indicado, pero algo habrá que probar.

¡Plas! Sintió el impacto de una bofetada bien dada en su mejilla. Abrió sus ojos almendrados con gesto malhumorado.

-¡Oye! -se quejó.

¡Plas! La chica que tenía delante le abofeteó la otra mejilla.

-¡Pero si ya he abierto los ojos! ¡Hasta he hablado! ¡He dicho "oye"! -espetó enfadada.

-Ay... Lo siento... No tengo muchos reflejos, la mano ya iba en camino -se defendió la otra chica, con voz dudosa.- Al menos con la primera cachetada he conseguido despertarte. ¿Cómo te encuentras?

Tampoco sabía cómo responder a eso. Miró a su alrededor, aturdida.

-¿Dónde estamos? -preguntó bruscamente.

A su compañera no pareció importarle su mal humor. Se aclaró la garganta y le mostró su mejor sonrisa.

-Estamos en la biblioteca. Y yo soy Bella. Bella de Beaumont.

-Ese es un apellido francés. -Dijo para sí misma.

-Bueno, es que soy francesa. ¿Qué ocurre con eso?

Entonces un impulso se apoderó de ella y abrazó a Bella con todas sus fuerzas, llorando desconsoladamente.

-¡Oh, eres francesa! ¡Eso quiere decir que sigo aquí, en una biblioteca en la que nunca he estado, pero al menos sigo en el mundo! ¡Todo ha sido una pesadilla! O un intento fallido del Hombre Tenebroso de enviarme... ¿Cómo lo había llamado? Oh, qué más da, ¡estoy a salvo! No sabes lo mal que lo he pasado, Bella... ¡Gracias por tus bofetadas!

Ahora era Bella la que estaba confusa.

-De nada, supongo... Y gracias por esta muestra de cariño tan... repentina. Pero creo que necesitas saber algo. Veamos... ¿cuál es tu nombre?

-Tiana.

-¿Tiana qué más?

-Tiana y nada más. No tengo apellido.

-Vaya, qué curioso... En fin, verás, Tiana... No sé cómo es que conoces mi lugar natal, es posible que seamos del mismo mundo, aunque no pareces francesa... Por esos rasgos yo diría que podrías... Bueno, me estoy yendo por las ramas. -Se volvió a aclarar la garganta.- Siento decirte, Tiana, que no estás en tu mundo. Ahora mismo nos encontramos en el tercer piso de la Biblioteca de Fidgetweed. Has aparecido de la nada hace cinco minutos.

Fidgetweed [[Parada temporalmente]]Where stories live. Discover now