Capítulo 7

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Los primeros rayos de sol de Vancouver filtrándose por la ventana hicieron abrir los ojos a Colin. Parpadeó un par de veces para poder ver con claridad dónde estaba: era la habitación del hotel de Jen. No había sido un sueño, entonces. Se giró con cuidado de no hundir demasiado el colchón y la vio, acurrucada a su lado, dormida. Su melena dorada estaba esparcida por la almohada, y respiraba profundamente, con la boca ligeramente entreabierta. Colin sonrió... podría pasarse el día entero mirándola. Durante todos los meses anteriores, se había visto muchas veces tentado de perder la cabeza con ella por una noche; habían tenido oportunidades, a solas, incluso alguna con bastante alcohol de por medio. Pero siempre le había echado para atrás la idea de que, justo después de hacerlo, llegarían la culpa y el arrepentimiento. No, él siempre había buscado otra cosa: no le servía sólo acostarse con Jen, quería despertarse con ella. Y eso era exactamente lo que tenía ahora. Se concedió un par de minutos para contemplarla, y después, se giró y miró la hora: tenía tiempo de dejarla dormir un poco más mientras se duchaba y se vestía.

Cuando salió del baño, aún tenía el pelo mojado, y obviamente, llevaba la misma ropa de anoche. Eso daría que hablar a sus compañeros, sin duda... tenían que pensar cómo afrontarían el hecho de contárselo a los demás. Colin miró a la cama, y se rió al comprobar que Jen seguía en la misma posición en la que la había dejado. Se acercó despacio a ella, y empezó a acariciarle el brazo desnudo con cariño.

- Señorita, es hora de levantarse. - le susurró al oído.

Jen se removió un poco en la cama.

- Cinco minutos más, mamá. - dijo la rubia, con voz pastosa y aún adormilada.

- ¿En serio? Creo que no soy tu madre... ¡arriba! - entre risas, le dio un beso en la mejilla y la destapó.

Finalmente, Jen abrió los ojos y le vio. Una sacudida de felicidad le recorrió el cuerpo entero. Había pasado la noche con Colin. Aún así, se dio la vuelta y decidió remolonear un poco.

- ¿Seguro que tenemos que irnos ya? - su nariz captó el olor de la colonia de Colin en la almohada, y se abrazó a ella con fuerza.

- Bueno, también puedo volver a meterme en la cama, y llamar a Adam y Eddy diciéndoles que estamos gravemente enfermos, mientras empiezo a quitarte esa camiseta tan sexy que usas para dormir y...

- Vale, vale, lo capto. - le interrumpió. Se levantó de la cama con un mohín, y fue hacia él. - Ese tipo de provocaciones no se le hacen a una mujer que acaba de despertarse, es cruel.

Con una sonrisa, Colin abrió los brazos en su dirección, y Jen recortó rápidamente la distancia con el irlandés para perderse entre ellos. Él la abrazó con fuerza, mientras Jen apoyaba la cabeza en su pecho. Estaba claro que para ambos era casi una necesidad estar juntos, y un verdadero suplicio separarse, pero finalmente Jen lo hizo.

- No tardo nada en ducharme. ¿Puedes avisar a Joseph para que no venga a buscarme? Espero que no esté ya de camino, el pobre...

- ¿Ya das por hecho que te voy a llevar en coche al trabajo? Vas demasiado rápido, Morrison... - bromeó Colin. Ella le dio un golpe cariñoso en el hombro, cogió algo de ropa y desapareció en el cuarto de baño.



En cuanto Jen estuvo lista, se tomaron un desayuno ligero que les subieron a la habitación (ninguno quería arriesgarse a que les vieran juntos en la cafetería de un hotel y se desataran todo tipo de rumores) y se montaron en el coche de Colin para ir a rodar. Ambos estaban felices y relajados, y les costaba borrar la sonrisa de la cara. Colin encendió la radio, y empezó a sonar "All right now".

Amar nunca es un errorWhere stories live. Discover now