8- Esto no es nada cliché

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-no soy Taylor...- susurraron en mi oído.

Me solté de sus manos, lo miré furiosa mientras Tay intentaba ayudar a la oxigenada pelirroja.

-Ven.- me agarró de la mano, miré a mi hermano que con la mirada le dejaba a Lucas irse conmigo.

-Dejame a esa cer...- me soltó la mano.

-¡Basta, cállate ya, eres más pesada que la pelirroja!.- en vez de haberle callado con un insulto - o por lo próximo una patada en los huevos - me quedé callada. Parece que se sintió arrepentido de lo que dijo pero no hizo nada por disculparse.- Te llevo a casa.- yo asentí. Caminamos en un silencio abrumador. Nadie quería hablar.

Llegamos hasta el parking dónde se podía diferenciar su moto, él solo rodó los ojos. Yo hice un intento de reírme que más parecía un llanto. Me toqué la mejilla y nada, solo el escozor de los arañazos.- Agarrate a mi.- me senté y rodee mis brazos contra su espalda. Arrancó y yo solo cerré los ojos disfrutando del aire fresco.

En diez minutos estuvimos en mi casa, rápidamente salí y abrí la puerta directa a irme a mi cuarto y no salir - solo a por comida-

-¿A dónde vas?, ven.- por segunda vez me cogió de la mano, esta vez su mano estaba fría.- Ven a mi cuarto, te curaré eso.- me conducio hasta su cuarto y me obligó a sentarme en su cama mientras el busca el botiquín de emergencias.

-Esta a la derecha en el armarito blanco.- dije con una voz ronca por no haber hablado.

-Gracias.- se agachó a mirame los arañazos.- No es nada, pero por prevenir te limpiaré la herida.- echó un poco de alcohol a el algodón.

-Auch.- gemi cuando sentí el contacto del alcohol en mi piel.

-¿Por qué tienes mi camisa puesta?.- miré hacia la lámpara.- ¿Te gusto?.- moví mi cuello bruscamente haciendo que el alcohol se esparciera por mi labio. Gruñi, dios que dolor.

-No te lo tengas tan creído, la encontré tirada y pensaba que era de Tay por eso me la puse.- sonrió y encontré una perforación en su oreja izquierda.

-Me la hice a los quince, estaba de moda y pues yo por ser el líder tenía que hacerlo.

-Osea, que desde pequeño has sido el líder y por eso no te gusta ser controlado.- se acercó demasiado a mi y me dio su típica sonrisa.

-Soy un divergente no me gusta ser controlado.- mordi mi labio - caso error- toqué mi labio a dolorida.

-Veo que te has visto la película, ¿no?.- asintió levantándose tirando el algodón en la basura. Y guardando el botiquín. Me acosté en la cama "12:37" del mediodía.

-¿No deberías estar trabajando?.- pregunté.

-La pelirroja que casi dejas muerta era mi nueva jefa y también novia, pero veo que me quedé sin trabajo y sin novia. Pero bueno aún me queda la heladería.- alzó los hombro desinteresado.

-Parece que a ti te da todo igual.- se dio la vuelta acercándose peligrosamente.

-Hay cosas que si me importan pero son muy pocas.- con su fuerza hizo que me acostara por completo.

-¿Y que es lo que más te importa?.- sus labios estaban a milímetros de distancia. Me dio un pequeño pico.

Escuchamos como la puerta principal se abre, Lucas se separa y yo aún estoy aturdida. ¡Odio esto!. Me levanté mirándole.

¡PlayBoy, aléjate de mi cuarto! #WOWAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora