Toda una vida a tu lado.

¡Ella es mía! (Capítulo 8)

(Narra Cristina)

-¡No me puedo creer que te vayas de casa!

-Mamá, sólo es por un tiempo.

-Cariño, sé que será para siempre.

-No lo sé, quizás ¡Pero volveré de visita!

-¡Sólo faltaba que no lo hicieras!

Le doy una sonrisa a mi madre y la abrazo.

-Cristina no hagas tonterias, ten cuidado ¿Si?-Dice mi padre

-Sí papá.

-¡No me puedo creer que nos dejes abandonados aquí!-Dice mi mejor amiga.

-Carol, te llamare todos los días¿Si?

-Eso espero.

-¿Y a mi no?-Dice Mario.

-¡Claro que sí tonto! No me echeis mucho de menos.

-Ni tu a nosotros tampoco.

-Se intentara.

Les abrazo una vez más a los cuatro antes de montarme en el tren que se dirige a Galicia.

Abro mi WhatsApp y le escribo a Ryan.

-Mi amor salgo ya, nos vemos en nada te amo.

Enseguida me llega la respuesta.

-Pequeña, yo ya estoy aquí, todos estamos aquí, la casa es preciosa. Te esperamos, te amo.

Sonrío como una tonta y bloqueo el móvil. Me pongo mis auriculares y comienzo a escuchar música, intento que sea lo más movida que tenga porque como ahora me ponga a escuchar canciones lentas y tristes me pondre a llorar aquí mismo.

"Próxima parada Galicia. 2 minutos"

Anuncian. Me levanto, cojo mis dos grandes maletas, mi mochila pequeña y mi bolso. Me pongo delante de la puerta a esperar. Pronto llegamos a una estación y el tren se para, las puertas se abren. ¡Ahora como bajo de aquí esto! Al intentar bajar todo el equipaje de golpe me caigo.

-Mierda-Susurro. ¿Nadie me va a ayudar? Unos brazos me levantan y ponen bien mis maletas, me giro. Es un chico de cabellos largos negros y ojos grisaceos.

-Muchas gracias.

-De nada, princesa. ¿Una copa tu y yo como agradecimiento?

-Ya puedes ir moviendo tu trasero de aquí si no quieres vertelas conmigo.-Dice una voz detras de mi que conozco perfectamente. El chico que aún no conozco el nombre sonríe.

-Nos vemos princesa.-Dicho esto se va. Me giro y beso a Ryan.

-No hacía falta que le hablaras así, él me ayudo.

-¡Él quería acostarse contigo!

-No es así.

-Que inocente eres.

Levanto una ceja. Cojo mi equipaje y voy hacia la derecha, por mala suerte es la dirección contraria.

-Es por el otro lado.-Me dice Ryan riendose de mí.

-Ok.

Me giro y voy hacia el lado que Ryan me había indicado.

-¿Te ayudo?

-No.-Yo no puedo llevarlas sola pero estoy enfadada con él. Él no hace caso a mi comentario y me coge una maleta y la mochila quedando yo solo con la maleta menos pesada y mi pequeño bolso. En silencio nos dirigimos hacia la salida, cogemos un taxi y pronto llegamos a una casa preciosa, ladrillos rojos, una puerta blanca, un tejado granate, las ventanas blancas, es todo precioso, tiene un jardin no muy grande con una piscina pequeña. Entramos, en el piso de abajo hay cuatro puertas. En una de ellas se oyen voces, vamos hacia allí, saludo a todos, esa sala es el comedor. Mary me enseña la casa. En la puerta de la izquierda está la cocina es bastante amplia. En la de la derecha hay una habitación con una cuna, será la habitación de Josh y Carlota. En frente de esta hay un pequeño cuarto de baño. Subiendo las escaleras nos encontramos con cuatro puertas. Dos de ellas son los dormitorios de Mary, Marc, Ryan y yo, las tres habitaciones son muy similares, lo único que cambia es el color de la pared, la mía es de un azul muy bonito. Las dos restantes son dos cuartos de baño muy similares.