Rompecabezas

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HEIKO P.O.V.

No sé cuanto tiempo llevaba parado frente a esas grandes rejas negras, el camino se abría paso ante mí y kilometros de lápidas recorrían los costados de éste

Caminé a paso lento hasta llegar a el lugar que recordaba, no estaba seguro si lo que pensaba hacer era estúpido o realmente bueno. Estaba a punto de arrepentirme cuando una voz interrumpió mis pensamientos

-¿Visitando a los muertos?- dijo un señor mayor vestido de traje con un curioso sombrero en su cabeza, llevaba un pequeño ramo de flores en su mano izquierda mientras que en la otra llevaba un bastón

-En realidad yo, creo que no son simples muertos- contesté dudando

-Entonces ¿quiénes son?-

-Los padres de mi novia- contesté

-¿La chica de lentes?- preguntó

-¿La conoce?-

-La he visto un par de veces- dijo acercándose a mí, -es una niña muy seria- agregò sonriendo, -parece del tipo que no se mete en problemas, en cambio tú... lo siento no puedo decir lo mismo- dijo sonriendo divertido

Sonreí tambien, -lo sé, somos muy diferentes en realidad- dije cambiando mi expresión a seria, realmente eramos muy diferentes

-¿Te haz fijado en las piezas de el rompecabezas?- preguntó sacándome de mis pensamientos, asentí, -¿haz intentado hacer embonar dos piezas por sus lados iguales?- preguntó de nuevo

-Quizá cuando era pequeño- contesté sonriendo

-¿Lo lograste?- negué con la cabeza, -¿qué hay cuando los lados son diferentes? Embonan perfectamente, ¿no es así?- asentí, -¿puedes detenerme ésto?- dijo tendiendome las flores y las tomé, comenzó a remangar una de sus mangas y me mostró un tatuaje en su muñeca, -estuve en una pandilla a los 18 años, acostumbrabamos a asaltar algunas tiendas pequeñas, hasta que un día intentamos algo más grande, pero las cosas salieron mal, el guardia tenía un arma y disparó contra nosotros- respiró, -me hirió y huí, caminé lo más lejos que pude y al doblar una esquina, me choqué contra una chica, en ese momento me pareció un ángel bajado del cielo para ayudarme- sonrió, -llevaba una falda hasta los tobillos, el cabello trenzado y unas grandes gafas de aumento en sus ojos- rió, -me llevó a su casa y me cuidó, su padre era médico y tenía todo lo necesario para poder ayudarme; estuve varios días allí en lo que me recuperaba- sonrió nostálgico, -ella me cuidaba todos los días-

-Se enamoró- fué más una afirmación que pregunta

-Y quién no lo hubiera hecho, era dulce, amable, cariñosa, atenta, tenía muchas cualidades especiales, era hermosa por dentro y por fuera- se detuvo

-¿Y qué paso?- pregunté curioso

-¿Tú que crees?- contestó sonriendo mientras volvía a tomar las flores en sus manos, -tuvimos dos hijos, ahora viven lejos por su trabajo, pero vienen cada que pueden-

-¿Y ella?- pregunté en voz baja

-Me dejó una noche mientras dormiamos- contestó serio, -pero trato de venir a verla todos los días- sonrió, -y justo ahora me estoy retrasando- dijo alejándose, -suerte- agregó sin mirarme

Me giré hacía las lápidas y las miré durante unos segundos, pensando en lo que acababa de escuchar, debo hacer esto, es lo correcto

-Hola- saludé mirando ambas lápidas, -yo soy Heiko Milenov, tengo 17 años, mi madre murió cuando era pequeño y vivo con mi padre, pero es como si no lo hiciera- me senté en un tronco en medio de ambas tumbas, -me involucré en actividades ilegales después de que mi madre muriera, era mi forma de escapar, me sentía mejor haciendo esas cosas, pero al final tuvieron sus consecuencias, así que nos mudamos y conocí a Nadine en la escuela; al principio no me llamó la atención, pero después, no lo sé sólo...- pensé un momento, -después de ver la forma en como la trataban los demás y hasta su propia familia, algo surgió dentro de mí, un deseo de protegerla- suspiré profundamente, -sé que no soy quien ustedes esperaban que estuviera con su hija pero, no quiero dejarla sola y tampoco quiero estar sin ella, me siento seguro a su lado, sin preocupaciones, sin deseos de otra cosa más que estar con ella, ella me calma y... me recuerda a como me sentía cuando mi madre vivía- cerré los ojos al pensar en ella, -ella es... mi Ángel, el ángel que evita que me meta en problemas- expliqué sonriendo, -no sé cuanto vaya a durar ésto, pero si por mí fuera, sería para siempre, porque creo... yo creo que la amo- susurré

NADINE P.O.V.

-¿Y Heiko?- preguntó Steve

-¿Por qué me preguntas tanto por Heiko?- pregunté frunciendo el ceño

-Tranquila no es mi tipo- dijo rodando los ojos, me sonrojé

-Lo siento yo no...- negué con la cabeza, -dijo que iba a hacer algo importante- dije en voz baja, -espero que no haya ido a ver a la señora Denton- murmuré

-¿Para qué?- preguntó Steve después de escuchar lo que había dicho

-Buenas tardes- dijo un señor entrando a la biblioteca salvándome de contestarle a Steve

-Buenas tardes- contestó Steve, -¿qué libro buscaba señor?- preguntò, era un señor alto, quizá de unos 40 y algo años, llebava el cabello rapado y un bigote adornaba su labio superior

-En realidad, sólo estoy conociendo el lugar- contestó observando su alrededor, -y a algunos habitantes- agregó mirándome con el ceño fruncido

-Pues no encontrará nada interesante en nosotros- dijo la voz de Heiko colocándose casi frente a mí a modo de protección, el señor desvió su mirada a él y comenzó una extraña guerra entre miradas

Why I?Where stories live. Discover now