Frustrada.

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Hola a todos, otra vez yo, en mi defensa aquí aun es jueves, gracias por sus votos, sus comentarios, me alegra tanto que les guste la historia,  esta capítulo ya es más largo, me parece que les gustará, es un presentimiento.

Disfruten el capítulo, comenten, voten, pero sobretodo disfrutenlo, no los entretengo más.

Después de unos días en el hospital, llena de pruebas y exámenes, por fin se me permitió ir a casa, pero parece que las gemelas no entendieron lo que significa casa, en cuanto, no es que se me hiciera muy atractiva la idea de subir hasta mi quinto piso con una pierna y unas cuantas costillas rotas.

Pero tenía un ascensor, por el cual, fácilmente podría subir, pero esa idea les pareció terrible a todas, así que termine en un cuarto tan grande como la sala y el comedor de mi departamento, del cual solo podía salir para entrar al baño, no podía ni bajar a la cocina, lo que quisiera de comer, tendría que pedirlo, así iba a terminar tan pálida como las paredes que habían en la clínica.

Extrañaba muchas cosas del departamento, sobretodo mi privacidad, el único momento que estaba sola era en la noche, ahora me acompañaba Mei, ya que las gemelas estaban en una entrevista, el televisor prendido reclamaba nuestra atención.

Mei, insistió en llevar mi caso, aunque yo no quería demandar a nadie, ni que nada de esto pasara a algo legal, ellas insistieron. ¿Qué podía hacer yo? ¿Negarme? Nadie les dice que no a las gemelas Novar, o eso dicen.

Mei se quedó absorta en los papeles, yo realmente no le prestaba mucha atención, aunque ella hiciera que sí, me acomodé en mi sitio y otra vez la punzada en mi costado me hizo inmovilizarme.

— ¿Te ayudo?— negué con la cabeza, yo podía, o eso quería creer, no podía depender de las demás, era algo tan frustrante, me incliné con dificultad hacía delante, para tomar una de las hojas, que no tardo en estar en mi mano.

—Gracias— ella sonrió y suspiró, empezó a recolectar los papeles que tenía encima de la cama, miró el televisor, las gemelas se las arreglaban muy bien sin mí, trague saliva con dificultad.

— ¿Un descanso?— preguntó mirando el reloj, entrecerré los ojos, todas tenían algo que hacer, tenían que turnarse para estar conmigo, me había vuelto algún tipo de carga.

—Si tienes que irte— me miró sorprendida, negó con la cabeza y se recostó a mi lado con cuidado de no moverme, aprovechando para subir el volumen del televisor.

—No me hagas volver al trabajo, estoy tan cómoda aquí— suplicó con una sonrisa, negué con la cabeza, era la cuarta vez que miraba el reloj, además que ya la habían llamado de su trabajo.

—Vi debe estar por llegar, no me pasara nada si me quedo sola— aseguré.

—Lo sé, tengo tiempo, podemos esperarla juntas— contesto rápidamente, suspiré cruzándome de brazos, una mala decisión.

Tienen una presentación este sábado— dijo el entrevistador, pude sentir la mirada de Mei sobre mí, las gemelas se miraron nerviosas, sonrieron y asintieron sin responder un poco más.

— ¿Creen que Janet pueda presentarse ese día con ustedes?— fruncí el ceño, la respuesta era no, tendría que descansar un tiempo, tocar la batería estaba prohibido por un buen tiempo, desencaje la mandíbula.

Quité la sabana que tenía encima y me estiré para tomar las muletas que estaban junto a la cama, pude sentir como Mei se levantó, no podía entender como cosas que antes eran tan fáciles me costaban tanto ahora.

—Yo puedo— le dije cuando la vi acercarse, se quedó en su sitio, me miraba esperando que me cayera o el primer indicio de que lo que acaba de decir no era cierto, maldije internamente, cuando no pude levantarme— Deberían conseguir a alguien más que las acompañe— me queje aun escuchando la conversación que provenía de la televisión, las gemelas planeaba cancelar esa presentación y muchas otras que tenían después, no estaba bien.

Sin ti.Where stories live. Discover now