Capítulo 5

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Cuando terminé de ajustarme la corbata del traje y de verme al espejo, fue cuando al fin me digne a salir del cuarto de baño.

Era muy temprano aun para presentarme en la oficina, no me gustaba la idea de pasar tanto tiempo allí encerrado.

Así que con calma, caminé en dirección a la habitación de Brian, encontrándolo aun dormitando sobre su pequeña cama de colores pastel.

Desde la posición en que estaba era realmente tierno verlo con todo el decorado de animales de las paredes y sus tiernos juguetes desperdigados por el mullido tapete. Dibujos pegados en la pared, junto con algunas fotografías de la familia. Y las cortinas de la ventana, totalmente selladas para negar el paso del sol mañanero, con pinzas para colgar la ropa.
No pude evitar negar con la cabeza divertido por lo último.

Cómo no cumplir con los caprichos de ese niño si era la ternura encarnada.

Con cuidado, me escabullí dentro de la habitación tratando de no pisar las "minas" que eran los juguetes de mi niño, como soldado encubierto.

Y al llegar a su lado, extraje la golosina del bolso de mi pantalón. Feliz de cumplir con mi promesa.

Pero totalmente ajeno a las muchas que había olvidado.

Salí con el mismo cuidado, cerrando la puerta detrás de mi y dirigiendo mis pies a la cocina.
Pero al llegar, no me sorprendió encontrar a Harry ahí dentro.

Ayer, a mitad de la noche, mi organismo empezó a suplicar por agua, y por más que me negué a dejarme doblegar por esto, llegue a la conclusión de que luchar contra mi propio cuerpo era ridículo. Tenía mucha sed. Y fue ahí cuando lo encontré sobre la mesa, pensando todavía.
No busque explicaciones, ni me dio curiosidad alguna. Yo solo tome mi agua, y así de rápido comoentre, salí.

Pero cuando entre en aquel nuevo momento, esa mañana, su espalda se enderezó sobre el respaldo de la silla.

—Harry— le llamé.

—Sientate— habló, siendo lo único que recibí de su parte.

Con duda en mis pasos tome asiento frente a él, como aquella noche, enfrentando su mirada firme y decidida.

—Quiero que leas esto, y después me escuches con cuidado,— dijo Harry enmarcando un seño fruncido en su rostro -y no dirás nada hasta que yo halla terminado ¿entiendes?

Extendió la hoja a mi alcance y me reto con la mirada, yo solo pude asentir dócil ante la extrañeza. Tome la hoja y leí como titulo "Condiciones del divorcio".

Sólo eran dos.

A) Un mes de aviso antes del divorcio. Llevaremos nuestra vida normal, como si nada pasara en ella, y nuestro comportamiento sera también de la misma manera.

Podía llevar mi vida como si nada, pero en el comportamiento...

—¿Normal?— la verdad no pude evitar preguntarlo. Y fue estupido.

—Sí Louis, normal, y te diré esto y no lo repetiré— me miró directo a los ojos, se levanto levemente y apoyo sus brazos firmes contra la mesa. —No quiero nada que venga de ti...no quiero tu estupido carro, no quiero la estúpida casa, y no quiero nada del maldito negocio.

Pase saliva incomodo por la situación, poniendo atentos mis oídos.

—Respetare tu decisión Louis, pero tu tendrás que respetar la mía si quieres mi firma en los papeles del divorcio.

—¿Razones?— rodó los ojos ante mi pregunta. Yo también lo hubiera hecho.

—Brian tendrá el mes lleno de evaluaciones en la escuela y, la verdad, no quiero que nuestro... "matrimonio quebrantado" lo lastime y hallamos que explicarle una situación de este nivel a un niño de tan solo seis años ¿Estamos de acuerdo?

No hubo que procesar tanto la información, estaba totalmente en claro lo que sucedería si aquello pasara, así que a sentí conforme. Baje la mirada y leí la segunda, y última condición.

B) Quiero que recuerdes cuando me cargaste a nuestra habitación el día que nos casamos.
Así que por este mes tendrás que cargarme, tal como ese día, desde nuestra habitación hasta la puerta de entrada.

Deje mis ojos plantados en el punto al final del párrafo, confuso ante lo que había leído. Si lo del comportamiento normal me había parecido extraño, eso sin duda lo sobrepaso.

—¿Qué?— pregunté sin más, extrañado ante tan anormal pedido.

—No tienes porque entenderlo— cruzó los brazos ante mi.

—¿Estas loco?— levante la hoja ante su escrutadora mirada —¿De cuando acá ¡tú!, pides este tipo de cosas?

—Eso tampoco tengo por qué explicártelo.

—¿Y por qué no? Yo soy quien lo hará, necesito una explicación para poder hacerlo— dije, soportando las ganas de levantar la voz.

Capte su cuerpo tensarse. Y como un leve destello de tristeza pasaba por sus ojos, quedándose impregnado por completo en su rostro.

—Yo también necesito explicaciones... y no te las estoy exigiendo— dijo casi en un susurro —Si tú no me dirás las tuyas, me parece justo que también me guarde las mías.

En cámara lenta, baje mi ojos hacia la mesa junto con mis brazos, y ablande mi gesto ante su punto a favor. El silencio siguiente fue incomodo, pero él siguió hablando.

—Yo solo necesito que comprendas, que esto es lo que quiero y, no tiene porque afectarte— mascullo Harry —Tú tomalo como quieras, pero acepta las condiciones ¿si?... por favor Louis.

En mi cabeza no lograba entenderlo. No podía. Y por mas que me estruje el cerebro, no encontré otra solución.

No discutiría mas con Harry para hacerlo cambiar de opinión, si quería que todo fuera por la paz, habría que dejar todas mis dudas de lado y dejar que todo fuera sin cuestiones.

—Louis...

—Acepto— lo corté.

Harry me miró con detenimiento, y al parecer encontró lo que buscaba, porque después asintió con algo de alivio.

—Mañana— susurro.

—¿Qué cosa?

—Mañana empezamos— se acerco a la puerta de la cocina con cansancio en cada una de sus facciones, tomando con su mano la orilla del umbral —Adiós Louis.

Lo observé desaparecer, seguro hacia nuestra habitación. Y yo solo trate de despejar el anterior asunto de mi mente preparando unas tostadas para antes de irme a trabajar.

No entendía a Harry... de verdad que no podía.

No sabemos lo que tenemos... {Larry Stylinson}Where stories live. Discover now