Ok, esto era incómodo.
-Eres ¡una maldita gorda!
-Calmese señorita Becky.
-Eres. Una. Maldita. Gorda. -dijo Becky señalándome y roja como un tomate.
Va, ni me inmuté realmente no me importa que me lo digan.
Veía al profesor con cara de ardilla asustada. El estaba igual que yo, puse los ojos en blanco.
Jordana veía la escena desde su pupitre con cara confundida y los demás realmente tenían miedo o nos les importaba un carajo. A mi no me importa un carajo y es a quien está señalando.
-Eres una maldita gorda, sin vida social. Que se la pasa encerrada en casa todo el día y hace cosas adelantadas que no pide el maestro y nos jode a todos. Por eso eres una rechazada social, por eso nadie te habla.
-Yo lo hago.
-Callate, Jordana.
Becky me miraba inquisitoria desde su altura, yo seguía sentada en mi pupitre. No me inmuté, no lloré, no me enojé.
-¿No te puedes defender?
-Eres una maldita idiota sin un carnet académico desente. Que se la pasa de fiesta todo el día y no hace nada de las tareas del profesor y se jode ella. Por eso serás una rechazada en la universidad, por eso no entrarás a ninguna y me tendrás que servir las hamburguesas en el Mc Donald's en el que vas a trabajar.
Becky se quedó callada y sonó el timbre.
-Ademas, a principio de curso el maestro da una hoja con todas las tareas escolares. Puedes hacerlas desde antes. Por eso cuando te enfermas no vale venir y decir 'no supe que encargó' porque el las da al principio de curso.
El maestro asintió. Recogí mis cosas y caminé a la salida.
-Ah y Becky. Por favor, se mas creativa con tus insultos. Eso de gorda, me lo llevan diciendo desde kinder. Piensa en algo, eso no me molesta.
