Un sofá rojo

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Para la gente del autobús parece un día como otro cualquiera: la anciana señora que te encuentras todos los días va leyendo una revista de cocina tranquilamente, el ejecutivo que hay sentado a tu lado escucha música animadamente, la señora que acaba de subir juega distraídamente con su bebé... Tú, sin embargo, tienes que hacer frente a una charla por la que no te gustaría pasar un lunes a primera hora.

Cuando el autobús llega a tu parada caminas decidida al set de rodaje intentado no darle demasiada importancia al hecho, pero sabes que en el fondo, va a ser una conversación muy rara para ambos. Antes de dirigirte a su caravana pasas por la de vestuario a dejar tus cosas y comentarle a Alice donde podrá encontrarte en los próximos minutos.

Picas cuidadosamente a la puerta del camerino e inmediatamente se abre con un chirriante ruido y tras ella, Grant te devuelve una tímida sonrisa mientras con un gesto de mano te invita a entrar. La caravana es sencilla y oscura, un sofá rojo al fondo es lo más llamativo de todo el conjunto.

- Supongo que Alice te comentó que quería hablar contigo...Me alegro que hayas venido.

- No pasa nada, lo comprendo. No hay nada de lo que hablar - dices sin querer mirale a los ojos.

- ¿Quieres algo? - Te pregunta mientras señala un pequeña nevera a la izquierda.

- No, gracias. Estoy bien

- Siento mucho lo que pasó el viernes, creo que no es justo para tí que te haga pasar por esto...- dice tras un largo silencio

- Tranquilo, no puede ser y ya está... Lo comprendo - dices algo molesta - Asunto aclarado - Estás deseando salir de ese sitio.

Justo cuando vas con intención de coger el mango de la puerta de salida, Grant se interpone en tu camino y chocas accidentalmente con él. Tus manos vuelven a tocar su pecho como buscando una despedida. Por si no fuese bastante difícil la situación, vuestras caras están tan cercanas que sientes un deseo incontrolable de besarlo y acariciarlo de arriba a bajo.

- Eso es lo malo, que no puede ser. No me gustaría exponerte a mi mundo, pero a la vez mi cuerpo pide a gritos esto - vuestras miradas se cruzan y en un milisegundo ves reflejado el deseo en sus ojos. Sin darte cuenta te humedeces con la lengua el labio inferior justo antes de morderlo intentado reprimir lo que quieres hacer, vuestros cuerpos están muy juntos y lo deseas con tantas ganas...

De repente notas los labios de Grant sobre los tuyos y un escalofrío recorre todo tu cuerpo, sus manos empiezan a no sentir ningún tipo de temor a lo que está pasando y empiezan a acariciar tu cuerpo. Vuestras lenguas se unen en un baile y tus manos recorren la cara de Grant hasta llegar al pelo que agarras con fuerza.

Tu cuello se eriza con un escalofrío cuando la boca de Grant pasa por él besándolo lentamente hasta llegar a la oreja. Racionalmente no sabes si lo que está pasando está bien, pero físicamente tu cuerpo dice todo lo contrario y te dejas llevar, tus manos levantan suavemente la camiseta de Grant y se la quitas mientras ambos os miráis fijamente. Su cuerpo delgado y fuerte vuelve a aparecer frente a tí y empieza a desabrocharte la camisa lentamente mientras besa cada zona de tu cuerpo que la camisa va descubriendo. Tus pechos se tensan cuando se encuentran con su boca.

En un ágil movimiento de brazos, Grant te lleva a horcajadas hasta ese sofá rojo que habías detectado nada más entrar en su caravana y te deja suavemente tumbada en él. Tras observarte unos instantes, se pone encima tuyo y vuelve a besarte lentamente por todo tu cuerpo, que se estremece.

Decides jugar a su juego y te pones sobre él a la vez que empiezas a desabrochar sus pantalones donde notas una evidente erección y lo miras divertida. Sus ojos parecen decirte "¿A qué esperas?" y tú reaccionas pasando tu lengua por su bajo vientre a la vez que te deshaces de sus pantalones y calzoncillos. Grant pone los ojos en blanco y, completamente desnudo, desabrocha tu sujetador antes de que tu te quites los pantalones.

Vuestros cuerpos se rozan y notas un ardor en todo tu ser, su mano empieza a tocar lugares que antes no podían alcanzar y que te hacen ver las estrellas. Tras tomar las debidas precauciones, notas como se introduce suavemente pero con energía dentro de ti y os fundis en uno.

***

Corres agitada por el set de rodaje con el pelo despeinado y menos maquillaje del que tenías hace un rato. Quizás haya sido la peor idea que has tenido desde que estás en Vancouver pero lo has disfrutado y sabes que no va a volver a pasar más...

Tus días con Grant GustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora