Pedir disculpas no basta

993 82 18
                                    

No puedes creer que esas palabras salgan de su boca, de esa boca que tantas veces has besado los últimos meses, de esa boca que todos los días te devuelve esas maravillosas sonrisas.
Te da miedo lo que pueda venir después, el motivo por el cual tenéis que hablar y te da miedo porque no sabes como afrontarlo.
Es verdad que te has dicho a ti misma millones de veces que esto se acabaría algún día y que no era nada serio, pero te engañabas a ti misma con esas atropelladas auto-explicaciones.
De repente ves como Grant te mira con tristeza y empieza a darte explicaciones sobre el tema. Intenta parecer convencido de su propio discurso, pero se nota que no lo está.

- Lo siento, pero esto no va a funcionar, no me veo capaz de hacerte esto. De que vivas en el foco de todo - dice muy serio- no funcionaria nunca... Lo siento

- No puedes hacer esto, ¿no crees que yo tambien tengo derecho a decidir sobre esto? A decidir si quiero vivir esa vida

Sientes que una mezcla de enfado y tristeza se apodera de ti, pero a la vez quieres besarle, acariciarle, sentirle. Miras su cara, sus brillantes ojos, su expresiva boca y la tristeza de su rostro.
- Se ha acabado, lo siento. Empiezo a sentir algo por ti y no te quiero hacer daño....

Sabes que en parte es cierto, pero no sabes porque ha decidido esto, si será pasajero o no. Estás tan enfadada que sales del cuarto de la limpieza sin despedirte, sin querer mediar palabra ni que él siga hablando. Solo quieres volver a casa y llorar.

Pasas corriendo por entre la gente, buscando a alguno de tus amigos para decirles que te vas y te topas con Jared y una cerveza bien fría en sus manos. No necesita que le expliques nada, con solo miraros, sabe que algo va mal, coge su chaqueta y te acompaña a casa.
El taxi esta y silencioso y sabes que no sacará el tema a no ser que tu decidas explicárselo. Más que explicarlo necesitas un abrazo y los brazos de Jared se convierten en un buen lugar en el que cobijarse.

- Gracias - dices en un tono tan bajo que no estás segura de si te habrá oído.

- Denada...No te mereces que te hagan esto - y un dulce beso roza tu pelo.

Cuando llegáis a casa explotas en un llanto tan doloroso que agradeces que Jared esté contigo.

Tus días con Grant GustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora